Y Dios me dice que lo lamenta. Y yo digo que se merece que le duela. Y mi corazón aún está tornándose enfermo en amor procesado. Y todos los días es invierno. Y todos los días, lo lamento. Y nadie está ahí para detener la hemorragia.
—s.o., extracto de La Retrogradación del Piso de la Cocina.