El Desfile Negro

Prólogo.

La tarde en la que me dieron la noticia, fue en el día de mi primer aniversario con Laura, mi esposa. Estabamos en nuestro pequeño apartamento en el centro de la ciudad, bebiendo champaña, cuando recibí una llamada de mi doctor. Me dijo que debía verme con urgencia.

- Espero que no sea nada malo - le dije
- Solo venga por favor, señor Gary. -

Le dije a Laura que había llamado el doctor, y necesitaba darne una noticia importante. Así que nos pusimos unos abrigos y salimos a la calle.

La tarde otoñal era fría, no de esos fríos agradables. Sino como el frío de la muerte.

El doctor me dejó preocupado, la verdad. Aunque en ningún momento me esperé lo peor, sí pasó fugazmente por mi cabeza.

Tomamos un taxi y llegamos rápidamente a la consulta del doctor Way. Su secretaria nos hizo pasar de inmediato, a pesar de haber varias personas antes de nosotros.

Cuando entramos, el doctor estaba de espaldas viendo unos papeles. Se notaba que algo andaba mal, ya que no estaba con su caracteristica sonrisa.

- Sientese, por favor. - nos dijo y así lo hicimos - Gary, le tengo muy malas noticias. Según los resultados de su último exámen de hace dos semanas, usted tiene cáncer de páncreas. -
- Bueno, empecemos el tratamiento de inmediato entonces - dije tomandomelo con calma.
- Esa es la mala noticia. Tu cáncer estuvo mucho tiempo inactivo y sin ser detectado. Ya está ramificado en tu cuerpo. - suspiró - lo siento.
- ¿V-Voy a morir? - le dije con la voz rasposa.
- Lamentablemente sí. Te quedan pocos meses de vida.

Laura lloró. La abracé para calmarla pero fue en vano. Salió corriendo de la consulta del doctor. Yo la seguí, no sin antes despedirme del doctor, quien tampoco pudo contenerse las lagrimas. Cuando la alcancé, la abracé fuertemente.

- ¡No quiero que mueras...! - me dijo llorando. - ¡No quiero!
- Lo sé... Yo tampoco quiero. Pero no podemos evitarlo. No puedes salvarme.