El Segundo Titanic

Capítulo Uno – Elieen

Madre enciende la televisión sentada en su sillón de terciopelo rojo. Con el mando a distancia la cambia a la noticias. Un señor de mediana edad aparece anunciando:

-Nuevos diseñadores han construido otro, más grande, más seguro y más moderno. Imposible de que se hunda con la tecnología que esconde en su interior -el señor desaparece y ahora muestran unas imágenes de un inmenso barco. Medre se vuelve pálida de golpe, pero no dice nada, sigue mirando la televisión boquiabierta-. Sí queridos amigos, este es el Titanic de nuestra era.

Madre suelta un grito e ilusión, pero rápidamente tose para hacer ver que ha sido efecto de su... ¿resfriado? Se levanta del sillón y marcha a la cocina a hacer no sé que. EL hombre ha dicho una palabra que se me ha quedado en la cabeza: Titanic. ¿Qué era eso? ¿por qué ya no existe? Me entra la curiosidad y me levanto de la silla en la cual estoy sentada. Apago la televisión. Encuentro a mamá hablando por teléfono, seguramente cotilleando con alguna de sus amigas.

-Mamá...

-Ahora no Elieen -me dice haciendo un gesto para que me marche fuera. Salgo de la cocina y me vuelvo a sentar a esperar a madre en la silla en la que me había sentado anteriormente. Esto puede tardar horas...

Cuando al fin sale de la cocina muestra una cara de felicidad y yo sin olvidarme de las noticias le pregunto:

-¿Qué fue el Titanic?

-Un barco hija -dice mamá poniendo los ojos en blanco-. Un barco donde embarcaron miles de personas, pero de todas esas solo se pudieron salvar setecientas cinco vidas. Las demás murieron todas congeladas, por la presión del agua al tirarse al mar o bien suicidadas por el pánico. De eso hace ya unos quinientos años, pero aun así siguen habiendo cuerpos sin encontrar, desaparecidos en el océano Atlántico-me quedo en blanco, apenada por la historia y sin saber que decir cambio de tema.

-¿Con quién hablabas?

-Con tus padre, quiero darte una buena nueva de parte de los dos -dice mamá sonriente.

-¡¿A sí?! ¿Cuál?

-Vamos a embarcar en el nuevo barco.

La boca se me abre de par en par, no quiero morir con dieciocho años, no quiero se victima de otro hundimiento.