?

68 3 0
                                    

Han pasado solamente 3 meses, pero ha parecido como si hubieran sido siglos.
Es dificil ver las cosas sin color, necesito a mi sol, mi arcoiris despues de la tormenta.
Lo necesito demasiado.

Odio depender de las personas, todas se van, porque no soy lo suficiente.
Pero creí que él era diferente, que no era como el resto; pero me equivoqué, siempre lo hago.

¿Qué fue lo que hice? Puedo mejorar, te lo juro.
No romperé aquella promesa que juramos el día de mi cumpleaños número 16.

"No importa lo que suceda, no importa si tengo que mover cielo y tierra, jamás te abandonaré, por nada del universo,
tenlo por seguro"

»—•—«

El joven rubio tomó su mochila dispuesto a ir a clases, era su forma de despejarse de todo lo que lo atormentaba día a día.
Antes de entrar, pasó por una cafeteria cercana a la institución.
Al pasar por la puerta, pudo sentir un fuerte olor a café, y algunos panes y postres recién horneados.
Una sonrisa tristona apareció en su rostro al recordar su primera cita con el pelinegro.
Recuerda que Namjoon intentó sostener el vaso para él–tenía que limpiar un poco la mesa, ya que esta estaba sucia,–pero lamentablemente oprimió muy fuerte el  envase, haciendo que toda la bebida ensuciara más la mesa y sus ropas; después, al intentarle dar una galleta, esta se rompió en pequeñas migajas, cayendo en la mesa.
No tuvieron de otra que salir del lugar con las ropas llenas de galletas y oliendo a un fuerte batido de mango.
Sin duda esos fueron los mejores recuerdos de aquella inolvidable cita.
Pero sólo eran eso, simples recuerdos.

Volviendo a la realidad, pidió un capuccino y un flan de chocolate, lo de siempre. "Debería pedir otras cosas", pensó. Despues de tomar su pedido, caminó a la institución antes de que empezaran las clases.

— Hey Jin — giró su cabeza y sonrió al darse cuenta quien lo llamaba.

— Hola Jiminie — respondió alegremente.

— ¿Has terminado las actividades que nos dió el profesor de química?

Su mundo se detuvo por un segundo, estuvo tan concentado en tantas cosas — principalmente con lo que ocurría en su cabeza — que olvidó completamente terminar aquellas actividades. Eran los últimos puntos que necesitaba para pasar el semestre. Podría ir con un sobresaliente en el resto de materias, pero aunque le resara a mil dioses jamás lograría pasar bien esta.

— Bueno, por tu cara se nota que se te ha olvidado por estar tan perdido en la nebulosa — posó una mano por la espalda del mayor, dando unas cuantas palmaditas, — toma, me lo regresas antes del almuerzo.

Jin agradecía tenerlo como amigo, porque siempre estaba cuando más lo necesitaba. Era como un ángel, un pequeño y adorable ángel.

— ¡Infinitas gracias Jiminie! — casi gritó, apretujando y abrazando al más bajo.

El timbre sonó, asustándolos a ambos.

Se despidieron y tomaron un rumbo a sus respectivos salones de clases.
Aunque Jimin estuviera estudiando algo completamente diferente a lo de Seokjin, compartían la clase de química, lo que lo beneficiaba, ya que él no entendía nada de lo que explicaban y Jimin siempre estaba dispuesto a ayudarlo.

No había casi nadie dentro del salón, — solo unos cuantos chicos jugando algo en sus celulares — por lo que agradecía internamente.

promise | namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora