Equinoccio.

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El paisaje estaba seco y rojo, excepto por el magnolio que se encontraba en  medio de todo.

La vista del lugar era lúgubre, lo único que iluminaba era la luna, roja como la sangre y a la vez tan perfecta. Tenía un extraño sentimiento al ver por primera vez algo tan sombrío demasiado hermoso.
Saber en que lugar me encontraba era un misterio. Por que más allá de las pequeñas colinas no se veía nada.

La brisa era como una caricia, tan amena y tan cálida. Terriblemente relajante.

Parecía otoño, las flores del Magnolio caían lentamente que parecía que estaban danzando, las flores se encontraba secas en el piso, sin nadie que las aplaste.

Avance por el seco pasto, debajo del magnolio me sentí atraída a tocarlo, tan imponente, se sentía una fuerza proveniente de el.

Deje mi cuerpo caer.

Sentía un vacío, como si algo hiciera falta, se sentía desesperante no saber la respuesta.

Sin llegar a tener más conciencia deje que el viento se llevará a las hojas junto conmigo.

Dream in a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora