Todo era gris, monotomo, aburrido.
Las cosas ya no parecían tener sentido.
La realidad perdía su rumbo, y con ella nos íbamos los dos.
Todo dejo de ser una lluvia de rosas. Era ya una lluvia de espinas.
Los juegos y las pequeñas travesuras habían quedado atrás, las charla amenas debajo de la luna desaparecieron.
Ahora era un silencio total, nuestras bocas estaban selladas y nuestras palabras bloqueadas.
Sin embargo las lagrimas nunca cayeron, no hubo sollozos o respingo alguno.
Era como si ninguno de esos momentos hubiera pasado, como si solo fuera un sueño.
Todo empezaba a caer.
Igual que una imlosión y sentía que debía evitarlo.
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Dream in a dream
Short StoryDiariamente y sin saberlo, se encontraban bajo la luna roja.