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Photography

DaeHyun sonrió cuando corrió las cortinas de su habitación y observó aquellas nubes que adornaban el cielo azul. El sol pegaba con fuerza, no había duda de ello, pero si había algo que al moreno le gustaba... Eran los días iluminados, calurosos.

Eso se debía a dos motivos importantes, uno de ellos era porque le tenía cierto rechazo a la oscuridad y el segundo era porque los resultados de sus fotografías eran mucho mejores cuando la iluminación era natural.

Sí, Jung DaeHyun era un fotógrafo.

Quizá no había estudiado en un instituto aquel arte de capturar imágenes, pero si tenía cierta adicción a la belleza que se podía apreciar en pequeñas cosas. Como por ejemplo, en la tierna imagen de un cachorro jugando con pelota en un parque, o en parejas paseándose por las calles tomadas de la mano, niños riendo y columpiándose en los juegos del barrio o una simple manzana solitaria colgada de un árbol.

Era difícil la descripción que DaeHyun tenía de lo que significaba "belleza" y lo supo hasta el día en que lo conoció.

A él.

Ese día se había dado una ducha rápida y se había calzado con las zapatillas más cómodas que tenía porque sabía que iba a caminar bastante. Estaba acostumbrado a dar vueltas los días domingos por distintos lugares, en busca de imágenes que pudieran retratar lo que para él significaba la belleza de la vida, de la existencia, de lo que uno es.

Ese domingo salió con su mochila, su cámara Canon que había comprado con las ganancias de su trabajo a medio tiempo en una biblioteca y con su fiel botella de agua a pasear, sin un rumbo fijo, solo dejando que los pies le guiaran a donde quisiesen ir.

Fue entonces cuando luego de unas cuántas horas de caminata y una que otra fotografía que no le convencía del todo... Le vio.

Allí, sentado en un parque había un chico.

Tenía el cabello cobrizo. La calidez de aquella mañana le sentaba bien, ya que era bastante pálido, incluso a esa distancia podría decir que su piel era lo suficientemente blanca como para que el sol hiciera de las suyas haciéndole resplandecer como si fuese un ángel.

Ojos almendrados, nariz perfilada, labios pequeños y gruesos, con forma de corazón. Pómulos prominentes, cuerpo delgado... No iba a detenerse nunca de seguir nombrando características físicas que formaban parte de su gusto personal, porque ese chico tenía todo lo que él consideraba simétrico y bello.

-Cielos... No sabía que existía gente del cielo en la tierra. -Susurró para sí mismo mientras se acercaba un poco, pero actuando como si fuese cualquier persona que estuviese paseando por aquel parque.

El chico que parecía un ángel estaba sentado en una banca y en una de sus manos sostenía la correa de un perro de raza salchicha que no dejaba de olfatear sus zapatos. Y era gracioso, porque aquel joven no dejaba de hablarle, como si realmente el animal pudiese entender aunque fuese un poco lo que estaba diciéndole.

Lamentaba la distancia en la que se encontraba, porque habría pagado por escuchar su voz aunque fuesen un par de segundos. 

Se acercó hasta que el ángulo le permitió la captura de una fotografía que era absolutamente perfecta. Cada rasgo era apreciado gracias a la capacidad del lente de enfocar su perfil, mientras seguía hablándole a aquel animal que no dejaba de batir su cola de lado a lado, extrañamente emocionado por la atención que su dueño le estaba dando en ese instante. 

DaeHyun no pudo evitar tomarle fotografías, todas las que pudiera. Se mantuvo siempre a una distancia prudente para no ser atrapado en su arranque de "paparazzi", ya que estaba más que claro que su forma de accionar no tenía ningún tipo de explicación, solo que quizá... Era algo que ya no podía evitar, porque aquel chico... Era la belleza en persona.