Pasaron los días y no volví a ver a ese chico.
La última vez que fue a aquel bosque él lloraba. Yo no sabía la razón pero estaba realmente preocupado aunque no podría contárselo a nadie.
Mis padres me echarían de casa si se enterasen de que me gusta un chico. A veces desearía que fueran un poco más tolerantes y menos estrictos, me desquician.<<Intenté dejar de pensar en eso>> Pensé para mis adentros.
Agarré mi skate dispuesto a salir de casa -Joshua, espera- Hoy la voz ronca de mi padre justo detrás de mi- Tenemos que hablar contigo- me tensé de repente y me giré lentamente y vi a mi padre sentado en su sillón de siempre con una expresión fría en la cara.
Asentí, cerré la puerta y me dirigí a un silla para tomar asiento. Cuando lo hice mis padres se miraron con una expresión de preocupación como si dudaran en decirme aquello.
-Han llamado de la empresa de tu padre y le van a dar un puesto mejor,- dijo me madre-le pagarán más y trabajará menos horas- yo los miré confundido. -Pero mamá, e-eso es genial,¿por qué esas cara de preocupación?-.
Mi padre empezó a hablar con un tono más serio -Pues, verás, para poder aceptar ese puesto nos tendremos que ir de la ciudad-
Me quedé totalmente petrificado y perplejo -N-no, no puede ser- ahora no podía irme de aquí, ya tenía algunos amigos y también estaba él. Aquel chico que despertaba tanto interés en mi -Pero y a mis hermanos, ¿ya se lo has contado?- aún no podía creermelo.
-No, tú ya tienes 18 años y eres el mayor por eso decidimos decírtelo a ti antes-contestó mi madre.
-Bien, ¿adónde iremos?- dije tensando la mandíbula con una expresión fría. -A Los Ángeles, California- mi padre respondió esta vez.
-Pero eso está demasiado lejos de Ohio, nunca podremos volver. No quiero irme- repliqué.
- Josh tienes que entenderlo, allí harás nuevos amigos y todo será mejor. No te preocupes- dijo mi madre con una sonrisa y apoyando su mano sobre mi hombro.
-Maldito niño. ¿No entiendes lo importante que es esto para todos nosotros? Te lo contamos porque creímos que actuarías como el adulto que se supone que eres- soló mi padre levantándose de su asiento y en un tono muy enfadado
No podía creer que no entendieran lo importante que era dejar atrás toda mi infancia y que él aún me tratara así. Noté que me empezaba a faltar la respiración-Bien, adiós- salí por la puerta sintiéndome como un completo egoísta. Sabía que ese ascenso sería bueno para toda la familia pero simplemente no quería dejar atrás todo así de repente.
Patiné hasta el sitio donde normalmente se sentaba aquel chico pero hoy tampoco estaba así que yo ocupé su lugar y observé aquel maravilloso atardecer. Mi ansiedad volvía si pensaba en aquel viaje y me faltaba el aire así que me concentré en mi entorno y me dí cuenta de que en el suelo había un bolígrafo con una vieja etiqueta el la que ponía aquel nombre "Tyler". ¿Sería ese el nombre de aquel chico?
-¿Me lo devuelves,por favor?- Escuché aquella voz detrás de mi y me causó tal sobresalto que tiré el bolígrafo al suelo.
-S-sí, claro. Yo...ahm lo-lo siento mucho yo..yo solo...- estaba realmente nervioso, ¿y si se creía que se lo quería robar? -Esta bien debió de caerse la última vez que vine- Me respondió con una cálida sonrisa que era la más hermosa que había visto -Mi nombre es Tyler- se sentó a mi lado y sacó su libreta y su ukelele de una mochila.
Yo intenté calmarme pero aún así él se dio cuenta de mi agitación -¿Estás bien?-me miró fijamente en los ojos- ¿Tienes miedo?- me preguntó con un tono del que no estaba seguro si era de pregunta o de afirmación -No! Claro que no!- respondí rápidamente.
-Mientes- me dijo él con una expresión tranquila- ¿P-perdona?- respondí perplejo por aquella respuesta.
-Todos tenemos miedos- respondió mientras afinaba su ukelele- Eso nos hace humanos-