Capítulo 1

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Aquella tarde con Oscar no había servido más que para llenar otra hoja del diario.
En cuanto llegué a casa me dieron la noticia de que nos mudabamos, al culo del mundo, claro. -¡¿Tailandia?!- Exclamé con todas las fuerzas que me caben en mi cuerpo de metro 60.
Me sorprendió más el sitio que la noticia.
Por un momento pensé que sería genial, una vida nueva, pero en cuanto esas dos palabras aparecieron en mi pensamiento me di cuenta de que no quería nada nuevo más que un móvil, quería mi vida, tan simple y sencilla como la que tengo. ¿Qué iba a ser de mi en Tailandia? Con la de enfermedades que hay allí. -Nos enfrentamos a la muerte sin escudo papá, ¿me lo estáis diciendo enserio? Sabía que a mamá le encanta Tailandia pero no tanto como para irnos a vivir de un día para otro. ¿A qué se debe esta fiebre?- -Paula- Dijo muy seriamente mi padre. Yo sabía que se iba a poner sentimental en un abrir y cerrar de ojos. -Tu madre no encuentra trabajo y yo.. estoy al borde de perderlo. Diego se lo ha tomado muy bien. ¿No te parece buena idea empezar de cero?
Mi madre era secretaria en una empresa de marketing. La echaron por ser demasiado buena. Su argumento es que no lo era suficiente pero lo era, de sobras. Es una persona muy prudente y difícil de llevarle la contraria.
Mi padre es arquitecto, y supongo que eso le habrá dado puntos para encontrar una casa en ese país tan.., en ese país. Él es un hombre sencillo, sensible pero el mejor padre del mundo para mi, porque Diego, mi hermano, no piensa lo mismo. Nos llevamos tres años, hace dos meses cumplió los 19 y no es que tenga una relación estupenda con mis padres.
-Papá, Diego se lo ha tomado bien porqué está cansado de esta ciudad desde que nació, o no recuerdas el invierno pasado que cada mañana desayunando nos repetía continuamente que quería irse de aquí, de Madrid?- De momento lo llevo regular.
En cuanto empiece a decirle a las chicas que ya no volveré a verlas más, entraré en el papel de niña tonta pava que se acaba de romper una uña. Eso no podría pasarme nunca, llevo toda mi vida mordiendomelas.
Subo a mi habitación y cierro la puerta. Saco de la cajita blanca y lila mi queridisimo diario y suelto todo el mal que me empieza a pasar por la cabeza.

Paula y TailandiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora