Paula y Tailandia

Capítulo 3

Me labo los dientes y me perfumo con Olilí, cojo un bolso y cierro la puerta de casa con llaves. Miro el móvil por si da la casualidad de que Mapi me ha escrito, pero no. Voy a su casa a despertarla ya que es aun más marmota que yo. Doy dos toquecitos ligeros a la puerta de su casa porqué si llamo al timbre se despierta. Tienen de timbre una canción de nana o algo así he pensado siempre que lo escucho. -¡Paula guapisima! ¿Como estás? Pasa, pasa. Tienes unas ojeras que te llegan al cuello, ¿te encuentras bien?- Me dice Pili, la madre de Mapi.
-No señora, simplemente no he dormido nada ya que he estado toda la noche llorando y intentando imaginar que todo es una broma, usted tiene unas arrugas que parecen paños, o, ¿no se ha mirado al espejo?- Pensé en cuestión de segundos. En cambio le dije algo ofendida:
-¿Si? Vaya, no me habré mirado bien al espejo, le cojeré a Mapi el corrector, gracias.- Me dió permiso para destrozar la casa con la sorpresa para mi amiga.
Cuando ya estaba todo preparado, subí a su habitación y la desperte con una bocina. Al reaccionar y pegar un brinco de la cama le estampé en la cara un plato de plástico con nata donde con sirope de fresa habia escrito un 16. Se labó la cara para poder ver todo lo que tenia montado.
Bajamos las escaleras y todo estaba lleno de dieciseis por las lamparas y junto a la puerta hinché un globo de Aaron en tamaño real. Su futuro marido según ella. Que ilusa, pienso riendome siempre que me lo dice.
Entre risas abrazos besos y lágrimas le dejé en el cajón de los calcetines una carta que le escribí anoche donde le explico que en cuestión de cuatro meses Diego y yo nos vamos. Ella y mi hermano se llevan realmente genial. Se llevará un chasco cuando lea mis palabras. Diego la felicita por whatsapp justo cuando salimos de su casa para reunirnos con las chicas para ir a comer.
Las dos llevamos el mismo bolso. Nos lo compramos igual en un viaje que hicimos con mi familia a Dubai. Ese sin duda fue el mejor viaje de todos.