Capítulo 13

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Las cámaras estaban listas para ser instaladas en la casa de los Smith, el más joven de los Steele tenía que aprovechar el tiempo que Brad y Claireth no estuvieran en casa

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Las cámaras estaban listas para ser instaladas en la casa de los Smith, el más joven de los Steele tenía que aprovechar el tiempo que Brad y Claireth no estuvieran en casa. Dánica y Evelyn no eran de tanta importancia. 

Pero era un secreto. Dánica no permitiría a Will hacer nada que pusiera a Brad detrás de las rejas. Y Evelyn, ya Will no sabía que pensar de Evelyn acerca de ese tema.

No había podido sacarse a su amiga de la cabeza en todo el día, no podía dejar de pensar en sus labios carnosos y deliciosos, en su piel suave, en sus ojos marrones, en su preciosa mirada inocente, en su hermoso cuerpo.

Ver su silueta bajo la luz de la luna había sido la mejor experiencia en mucho tiempo. Luego recordó la piel de gallina que se le había formado al roce de sus dedos la vez que la vendó, y cómo se sintió su cuerpo debajo del suyo.

Y la vez que le masajeó la espalda, Will se encontraba desvariando sobre su beso.

«Ya basta, Will. Concéntrate», fue lo que su mente pasó el día bramando.

Tenía que idear un plan para entrar en la casa de Evelyn e instalar las cámaras diminutas en lugares estratégicos.

Las cámaras estaban conectadas a una red inalámbrica a la que solo Will podría acceder, mediante un código, el joven tendría acceso en directo a todo lo que las cámaras grabaran. Solo imagen, nada de audio.

Lo único negativo de su plan, era la poca memoria de grabación, todo lo que Will quisiera pasar por alto en vivo, más le valía que fuera en un plazo de ocho horas, que era su capacidad de memoria máxima.

Para liberar memoria, él debía ver los vídeos y borrarlos, el único problema era que, mientras borraba las grabaciones, podía estarse perdiendo lo que ocurría en vivo.

Evelyn y Dánica habían salido juntas al centro comercial. Will entró por la ventana de la habitación de Evelyn y se dispuso a indagar en cada centímetro que estuviera seguro que no mirarían directamente, ya que no podían ser encontradas las cámaras o sería todo un fracaso arriesgado.

Entonces, el joven dio un aplauso sonoro y frotó sus manos cubiertas por guantes de tela.

—Manos a la obra.

·•♥•·


E

velyn sintió lo helado en sus labios y no pudo evitar pensar en los calientes e hinchados que habían acabado esa mañana.

Estaba feliz, feliz era poco...

Estaba eufórica, quería gritar su amor por Will a los cuatro vientos, y por alguna razón, se limitó a no decírselo a nadie, aunque casi estaba a punto de dar saltos en una pierna.

No había hablado con Will, todavía no sabía que les depararía el futuro, ni siquiera los siguientes días, lo único que sabía era que había pasado la mejor mañana de todas las mañanas de su vida, a pesar de todo.

EvelynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora