capítulo 4

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            PEQUEÑAS COMPLICACIONES

El griterío era ensordecedor, sentía que en cualquier momento iban a estallarle los oídos. Puño, patada, otro puño.

Cayó al suelo, pero en menos de dos segundos se levantó de un salto, justo a tiempo para evitar una patada en las costillas. Se lanzó contra su oponente e hizo una finta antes de golpear su cara. El ojiazul dio un paso atrás, evitando la patada que le iba a dar de vuelta, y aprovechó esa milésima de segundo para acercarse y comenzar a golpear todo su cuerpo.

Puño directo a la nariz, paso atrás en el momento justo, patada precisa en las costillas. Cuando cayó, Damon se dispuso a rematarle, pero algo en el público llamó su atención.

Andie le murmuraba algo a su amiguito vikingo... Borg, creyó recordar. Sus miradas se dirigieron a Elena y algo en él se activó. Antes de poder hacer nada sintió cómo un puño impactaba en su abdomen, doblándole y dejándole sin respiración. Una patada en su cara le hizo caer hacia atrás

Se escuchó un "Oh..." en todo el lugar, y por unos segundos dejó de escuchar todo. El griterío se difuminó y todo pareció ir a cámara lenta. Vio a su oponente mirarle con burla desde arriba, y detrás de él le pareció ver la mirada expectante de la pelirroja que le había lanzado la zapatilla al llegar...

—¿Damon?—abrió de golpe los ojos al escuchar la voz de Elena. Mierda, claro que no iba a rendirse, ¿qué coño estaba pensando? Se levantó de un salto, haciendo que su adversario diera un par de pasos atrás, le miró desafiante y sonrió de medio lado. Pudo sentir el miedo corriendo por sus venas, ahora sabía que Damon iba a matarle, no tenía duda.

El oji-azul se aproximó a él y sin previo aviso comenzó a golpearle. Puñetazo, patada, puñetazo, patada, puñetazo, patada... perdió la cuenta de los golpes que llevaba, solo podía sentir la sangre empañando el vendaje de sus nudillos y el sudor corriendo por su cuerpo.

Al ver a su malherido adversario caer al suelo se tomó un segundo para respirar, se arrodilló a su lado y tomó su pelo con rabia.

La multitud enmudeció, todos miraban expectantes cómo aquel vampiro novato había derrotado casi sin esfuerzo al gran campeón. Damon pasó la mirada por todo el público y se detuvo en Elena. Seguía inconsciente y atada de pies y manos. ¿Entonces qué narices escuché?

—¡Hazlo ya!—la multitud empezó a gritar de nuevo, implorando la ejecución final. El moreno miró la cara descompuesta a golpes de su adversario caído y se sorprendió al no ver el miedo en sus ojos.

—Vamos, chico, ¿a qué coño esperas?—tosió y escupió sangre—has ganado, mátame ya.

Damon metió la mano en su pecho y agarró su corazón sin apartar la vista de él.

—Antes quiero saber tu nombre.

—Alan—dijo en un jadeo tras unos segundos manteniéndose firme. Damon examinó su mirada por unos momentos y luego miró al público. Pasó la vista por todos y cada uno de los allí presentes deteniéndose en Andie.

Su frustración era más que notable, al parecer no contaba con que supiera pelear tan bien. Pudo notar su pulso acelerado y un leve temblor en su cuerpo.

—¿Queréis que mate a vuestro campeón?—gritó dirigiéndose a todos—¿queréis perder a vuestro mejor luchador?—gritó aún más alto. Nadie emitió un solo sonido, solo le miraron sin atreverse a alzar la voz. Al ver su indecisión sonrió y con cuidado sacó la mano del pecho de Alan.

—Nunca fui de cumplir las reglas—le tendió una mano que Alan estrechó fuertemente para levantarse.

—Te estaré eternamente agradecido—el abrazo tomó por sorpresa al oji-azul, quien tardó unos segundos en corresponder. Todos miraron la escena atónitos, mientras que Andie pegó un bufido y salió de allí seguida de Borg.

El Pasado Siempre Vuelve [TERMINADA]Where stories live. Discover now