— ¡Hay que detener el deshielo de los polos! —indicaba con fuerza uno de los científicos que se encontraba presente.
— No —objetó uno de sus colegas al otro lado de la mesa—. ¡Hay que proteger la capa de ozono utilizando gases químicos!
— Cálmense compañeros —habló una voz ubicada en uno de los extremos mientras limpiaba sus anteojos con un pañuelo—, ya no estamos en el colegio por favor, así que les pido que guarden el orden o serán remitidos a sus respectivos países...
Corría el año 2025 y más del 50% de la superficie en el ártico se había derretido. En la zona restante aún estable, se llevaban a cabo las diversas investigaciones. Todo esto ya estaba previsto por los altos mandos alrededor del mundo, quienes formaron un grupo de científicos y expertos en el tema para buscar alguna solución viable, o al menos, advirtieran de los peligros que se avecinarían. Se quebraban la cabeza fría todos los días pensando en alguna forma para revertir los efectos, aunque a decir verdad; ya era demasiado tarde y el daño era irreparable. Sin duda alguna, el primer impacto por el incremento del calentamiento global sería el deshielo de la zona ártica, trayendo consigo inundaciones de magnitudes considerables.
Los gobiernos no hacían nada al respecto, solo usaban el tema con fines meramente políticos en sus campañas electorales. En cambio la gente, solo recibía indicaciones y advertencias para movilizarse a zonas más seguras, la mayoría pensaba que la transición sería algo pasajero y tranquilo; pero no fue así. Los recursos no eran suficientes para mover a tantas personas a la vez, el pánico hacía actuaran de formas viles con tal de sobrevivir. Pronto todas las zonas costeras se habían sumido en caos y muchas vidas se perdieron por las inundaciones.
Por otro lado, en el ártico las investigaciones continuaban.
— ¡Les advertí que pasaría esto!, pero no me escucharon.
— ¡Cálmate!, no es para tanto —contestó el que estaba a cargo de la investigación, mientras revisaba unos gráficos—. Este evento solo aumentará el nivel de los océanos, aún tenemos tiempo para detener el calentamiento. No desesperemos.
Los científicos habían obtenido lecturas, que indicaban que pronto otro bloque de gran tamaño se desprendería inevitablemente, haciendo que la estación de trabajo corriera peligro. Pero lo que no sabían, era que algo mucho más aterrador se ocultaba bajo sus helados pies, y sin duda no estaban preparados para lo que se venía.
Una vez que la base avanzada de investigación se retiró del lugar, tal como habían predicho, el gran bloque de hielo crujió peor que un relámpago, mientras se desprendía violentamente. Unos científicos que sobrevolaban la zona, los últimos evacuados, alcanzaron a divisar sobre las paredes restantes lo que parecían ser fósiles congelados. Tomaron sus binoculares pero estaban algo lejos, por lo que indicaron al piloto que se acercara un poco más a la zona.
— ¿Qué es eso?
— ¿Qué alcanzas a ver?, ¡Dinos ya! —reclamaban ansiosos sus compañeros que no tenían al alcance sus binoculares.
— Parecen fósiles, sino me equivoco son del tamaño de una pelota de béisbol, poseen un tono grisáceo, sin ojos, ni extremidades.
Aquello que miraban era solo el cascaron, pues esos fósiles almacenaban un virus congelado durante miles de años. En el aire parecían dispersarse en esporas hacia todas direcciones; mientras que en el agua, los peces y animales marinos no distinguían su mortal cualidad, pero nadie parecía darse cuenta de ello.
Este virus desconocido era el comienzo del fin de la humanidad...y la salvación del planeta.
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Relatos ciencia ficción
Short StoryAquí encontraras diversos escritos basados en retos de ciencia ficción (en los que participo). Siéntete libre de dejar comentarios y votar si son de tu agrado.