Capitulo 8:"¿Qué... qué haces aquí?

3.5K 282 14
                                    


Capitulo dedicado a DanaCncowner776

(Lean nota al final si quieren un capitulo dedicado)

//////////////////////////

Lo mire de reojo mientras caminábamos por la feria. Él miraba extrañado y curioso. Parecía un niño. Es tan tierno. Y al mismo tiempo tiene algo tan siniestro y excitante. Frunzió el ceño cuando vió a un gran grupo de niños jugando y corriendo. Lo miré divertida.


- ¿Pasa algo? - le pregunté. Se giró a verme.

- Si, nunca he estado con tanta gente en un mismo lugar - me dijo.

- Eres muy antisocial para ser el Diablo - le dije divertida.

- ¿A si? - me preguntó mirándome.

- Si - le dije sin dejar de reír. Él también lo hizo. Es tan devastador cuando sonríe.

- ¿Y qué haremos? - preguntó. Me giré a verlo.

- Jugaremos un poco - dije y tomé su mano para arrastrarlo hasta uno de los juegos.

- Buenos días, ¿Desean jugar? - nos preguntó el hombre del lugar.

- Si. Dos fichas, por favor - le dije. Me pasó 6 pelotas.

Tenía que tirar la mayor cantidad posible de botellas, para ganar un oso. Miré a Christopher,estaba bastante serio. Un poco más de lo normal. Parecía que algo le molestaba o dolía, no sé bien con exactitud. En un acto fallido me encontré colocando mi mano en su nuca. La arrastre hasta sus cabellos y acaricie su cuero cabelludo.

- ¿Qué sucede? - le pregunté. Corrió su mirada a la mía.

- Me gusta que acaricies mi pelo - me dijo. Dejé de hacerlo y trague saliva.

- Déjame enseñarte como se hace esto Christopher - le dije. Rió por lo bajo.

Tiré la primera pelota y falle. Rió. Lancé la segunda y volví a fallar. Volvió a reír. Tomé la última que me quedaba. La tiré. ¡mierda, falle! Christopher reía divertido, y pude notar como el hombre de la tienda también estaba tentado a reírse.

- Oh preciosa, no pensé en reírme tanto - dijo mientras refregaba sus ojos.

- Veamos si tú puedes hacerlo - le dije y me acerqué a su oído - Señor Diablo.

Le di las otras tres pelotas. Se acerco más al estante. Lanzo la primera pelota. Varias botellas cayeron. Lo miré sorprendida. Lanzo la segunda y más botellas cayeron. Solo quedaba una botella. Se giro a verme.

- Así es como se hace, preciosa - me dijo y lanzó la pelota sin dejar de mirarme. La última botella cayó. Giré sorprendida ante el sonido de eso.

- Felicitaciones, ha ganado el premio mayor - le dijo el hombre. Le alcanzó un oso enorme y peludo. Era extremadamente lindo.

- Toma preciosa, para ti - me dijo y me lo dió. Tomé el oso y lo miré a él.

- Es muy lindo - dije bobamente. La última vez que me habían regalado un oso tenía 14 años. Y era del tamaño de mi mano

- Como tú - dijo. Mordí levemente mi labio inferior.

- ¿Quieres comer algodón de azúcar? - le pregunté.

- No es de mi agrado - dijo. Lo mire divertida.

- Bueno, lo tendrá que ser - dije desafiante.

Seguimos caminando hasta encontrar un puesto de manzanas acarameladas, palomitas de maíz, caramelos, chupetines y algodones de azúcar. Compre el más grande y mullido de todos. Me acerque hasta él.

Donde pasa el, pasa el fuego || Christopher Vélez [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora