Mi madre llevaba organizando este viaje durante mucho tiempo, no era un destino impresionante ni lejano, pero a ella le gustaba; the gillibell mountains era el destino perfecto para despejar tu mente y conectarte con la naturaleza.
La cabaña que habíamos reservado quedaba a solo 5 horas de nuestra quería casa, nada que no se pueda pasar acompañado de un buen libro y mucha música.
Nos encontrábamos en el auto ya en camino junto con mi prima Gina, mi tía alba y por supuesto mi amada madre, anne. Sin ningún inconveniente llegamos a nuestro destino, el lugar era bellísimo, un conjunto de cabañas en el medio del bosque y a solo 2 km del pueblo más cercano. El lugar tenia alrededor de 30 pequeñas casas, un gran lobby con un desayunador enorme, un par de sillones con un televisor y a un costado del mostrado una pequeña puerta que te llevaba a una sala de juegos y al otro lado del mostrador una puerta que te llevaba a la pileta climatizada. En la parte de afuera había una cancha de tenis, otras piletas al descubierto que estaban totalmente congeladas ya que era invierno. Pero lo que más llamo mi atención fue una pequeña casita que tenía un ventanal gigante con vista a un lago pequeño. Me acerque con cuidado de no caerme, y vi que en la puerta tenía un cartel que decía biblioteca, ¿acaso este lugar podía ser más hermoso?, entre tratando de ser lo más silenciosa posible y me sorprendí al ver a un niño leyendo atentamente un libro de cuentos, ya que pensé que estaría sola o que habría alguna señora mayor controlando todo, pero no, estábamos solo yo y el niño pequeño que no había notado mi presencia. Camine por el pequeño cuarto admirando lo hermoso que era hasta que me senté en uno de los sillones que se encontraban junto al ventanal y así pase lo que restaba de la tarde hasta que una llamada de mi madre interrumpió con el silencio y con mi lectura.
Camine mientras iba mirando con admiración el hermoso lugar en el que me encontraba, todo era tan mágico y paradisiaco, no me quería ir de este lugar.
Se hizo la hora de cenar y nos dirigimos al pequeño pueblo que se encontraba cerca del complejo de cabañas en el que nos hospedábamos. La cena fue agradable, en un bar pequeño pero con muy buena comida, agradecí que hayan tenido salmón ya que era mi comida favorita y no es algo muy común que se pueda encontrar en todos lados; de postre como no podía ser de otra forma una porción inmensa de una torta de chocolate, como la de Matilda, que si pudiera vivirá a base de esa torta solamente.
Mi reloj marco las 9:30 am cuando mi queridísima alarma comenzó a sonar retumbando por toda la cabaña. Me levante con toda la pereza del mundo y me dirigí al baño para higienizarme y vestirme con unos jeans negros, un jersey color verde militar y unas botas ugg's, lo que me aseguraba que no tendría frio en los pies. Me coloque mi chaqueta y tome mi celular junto con mi mochila con miles de cosas ''importantes'' para no aburrirme, luego me retire de la cabaña, no sin antes mirar como mis compañeras de viaje dormían plácidamente.
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symphony
RomanceDos sonrisas y dos pares de ojos que se conectaron por casulidad. Dos almas rotas que se encuentraron tratando de construir su mundo nuevamente. Dos personas destinadas a estar juntas. Una historia de amor que te llenara de fe.