— ¡Mami! —gritó la niña. —¡Hay un monstruo en mi baño! —Se encontraba desnuda en el piso del baño.
La madre caminó lentamente hasta donde se encontraba su pequeña, riéndose internamente por el miedo que tenía su hija a lo que posiblemente solo era su propia sombra.
Al llegar al baño, la niña lloraba mares, y ahogada en el mar de miedos que la rodeaba, con espasmos cortándole la respiración, alzó su dedo índice, indicando lo que tanto temor le había provocado, el espejo.
Ella era el monstruo.
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Las palabras que terminaron con el mundo
Short StoryEl mundo se acabó. Luego de tantas alegrías, tantos abrazos, tanta vida, llegó el turno de la muerte. La guerra pudo con la gente. La esperanza estaba supuesta a ser lo último que se perdería, pero cuando pasó, nadie supo qué hacer. El mundo se acab...