El hallazgo

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Ahí está el guerrero, se acerca la hora.

Después de caminar a través de ese túnel, frío y oscuro, flanqueado por altísimas paredes de piedra, lo espera una puerta, tan inmensa e imponente como lo es el castillo.

Debo juntar fuerzas, cruzar esa puerta y así cumplir con mi destino — dice el hombre llevando su mano hacia la empuñadura de la espada.

— ¡X! — Ya con su espada en la mano, decide abrir la puerta e ingresar a ese lugar que hasta ese momento era totalmente desconocido para él. Al poner un pie del otro lado, su aguda audición advierte que algo viene muy rápido.

— ¡Izquierda, ■! Rápidamente pudo hacerse a un lado y esquivar esa flecha que, de no hacerlo, se hubiese...

— ¡Thomas!, es la cuarta vez que te llamo, para que bajes a cenar — grita su madre desde la cocina.

Ya vamos Ma! contesta él mirando a su amigo con cara de no importarle mucho el llamado.

Un poco más y me voy, ya estamos muy cerca Thomas dice su compañero de juego.

...clavado en medio de su frente.

Entrecierra sus ojos, agudiza su visión, y a lo lejos.... en el lugar más oscuro de la habitación alcanza a ver un brillo... esos ojos... los cuales no había podido olvidar.

— ¡▲! — Comienza a correr hacia su enemigo.

— ¡Derecha ●! esquiva una segunda flecha que iba hacia su pecho

El guerrero está cada vez más cerca, ya puede ver su figura y sigue corriendo...

¡●! en su carrera salta una trampa que hay en el suelo. Sigue con los ojos clavados en esa bestia.

— ¡Abajo X, arriba ●! — Salta y en el aire toma su espada con ambas manos y ...

— ¡NOOOOO! — gritan al unísono en cuanto ven a la madre de Thomas con el enchufe de la consola en la mano.

¡Thomas, a cenar! — dice Margareth con su peor cara de enojada - ¡y vos Adrián, a tu casa, tu mama debe estar esperándote!

— Si señora — responde Adrián con la cabeza a gachas

Ambos bajan charlando e imaginan lo que podría haber sucedido en el juego y se despiden en la puerta, afirmando que mañana después de clases seguirían con el video juego.

— ¡No vayas a seguir jugando, eh! — le grita Adrián mientras se aleja en su bicicleta, Thomas prefiere no contestar, por miedo a no poder cumplir con ese pedido.

La cena ya está servida y sus padres en sus lugares, cuando él decide por fin sentarse. El clima es tenso, pero eso no evitó que Thomas demuestre su descontento con la comida.

— ¡Sopa! ¿De verdad?, ¡Sopa! ¿no hay otra cosa? — pregunta con cara de asco mientras se acerca a su plato ya frio.

— Hoy hay sopa — es la respuesta — no hay comida especial para nadie -

Aunque Margareth se encuentra enojada, no puede con su genio ¿querés que al menos te entibie la comida? — pregunta con buen tono, como es su costumbre.

Entre Mundos (Próximamente en Físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora