Estaba otra vez aquí. Ahora con una taza de café calentito entre las manos, pero al fin y al cabo de nuevo aquí. En nuestra casa... ¿Quién me lo habría dicho a mí? Yo, teniendo un lugar seguro, algo completamente mío, un lugar sin inhibiciones. Aquí sí podía respirar tranquila. Y era esa la razón por la que habíamos venido aquí: necesitábamos discutir seriamente sobre nuestro futuro y tomar una decisión definitiva. ¿Y qué mejor lugar para hacerlo que la casa donde empezaba a fantasear con un "hasta que la muerte nos separe"?
- Princesa, ¿me estás escuchando?- Siento una caricia en mi mejilla que me hace salir de mi ensoñación. Niego con la cabeza.
- Lo siento.- Le sonrío.- Esque me encanta esta casa.
Él me sonríe de vuelta.- A mí también me encanta.- Suspira viendo todos los papeles frente a nosotros.- Pero no me puedo sacar esto de la cabeza.- Confiesa revolviendo el manojo de sobres y hojas sueltas que habíamos puesto sobre una pequeña mesa que ya nos habían traído.
- ¿Todo eso es mío?- Pregunto sorprendida.
- No, es nuestro. He echado solicitudes para los dos en las mismas universidades con los dos campus, claro.- Se encoje de hombros.- Hay otras que, aunque no impartían las dos modalidades, eran buenas y estaban cerca. Así que creo que podríamos empezar por separar las tuyas de las mías. Y luego quemar las que sean tuyas de empresariales, medicina o todo lo que no sea fotografía.- Dice con una sonrisa macabra colgando de sus labios. Río.
Empezamos a hacer dos montones con todo lo que teníamos frente a nosotros. Apilamos hasta que en mi montón tuvimos que hacer otra sección. ¡Habían muchísimas solicitudes! Al menos 10 para lo que realmente quería y 5 más para lo que quería mi madre. Por lo que Peter se encargó de hacer desaparecer estas últimas.
- ¿Las abrimos por países o..?- Empieza Peter, pero lo interrumpo.
- Antes querría que me escucharas.- Suspiro un poco avergonzada.- No quiero que te ilusiones, no pienso dejar que te vayas y dejes a tu familia aquí, sabiendo lo que ellos significan para ti.
- Pero, princesa, ...- Niego.
- Escúchame.- Cierro los ojos con fuerza dándome ánimos a mí misma para mirarle a los ojos.- No puedo salir de aquí.- No es fácil admitir que estás mal. Es algo terriblemente doloroso si sabes que puede dañar a las persona que más quieres en este mundo. En mi caso: Peter.- Ni aunque quisiera y le pusiera todas mis ganas, Peter. No puedo. He estado hablando con Lázaro (N.a: aquellos que no se acuerden, era el psicólogo) y no me recomienda que abandone mi zona de confort a mitad del tratamiento. Ni siquiera creo que un juez me deje salir del país a mitad de una investigación policial en la que soy víctima y testigo.
« Ahora me sería realmente imposible pensar en mudarme a otra ciudad, menos a otro continente. Te necesito a ti, a mi familia y la tuya.- Admito abochornada.- Os necesito, porque de verdad quiero salir de este agujero en el que un día me metí yo solita. Pero siento que sola no voy a poder. Y ahora con mi madre cabreada por lo de la fotografía...- Froto mis manos en mi cara.- Se me está haciendo todo cuesta arriba.
« Por lo que he pensado en una alternativa.- Lo miro de nuevo a los ojos esperanzada por que le entusiasme la idea tanto como a mí.- Tú dijiste de pedir un traslado a mitad de carrera, ¿no? Así que a partir de ahí he pensado en 2 vías. Lo cierto es que ahora no me veo en otro sitio que no sea este, por lo que podríamos o bien hacer los 2 primeros años aquí y luego irnos a otro lado o licenciarnos aquí y luego ir a otro país a acabar de formarnos. Tú vas a querer hacer, como mínimo, un máster sabiendo cómo eres y yo voy a tener que ser becaria durante mucho tiempo para poder aprender realmente el oficio. Y siendo sinceros, no es lo mismo graduarse aquí, en Barcelona, que en New York. No tiene el mismo prestigio, ni siquiera pueden ofrecerte las mismas oportunidades de futuro. Así que sería una buena manera de ver cómo se trabaja aquí y en otro lugar, da igual cual.
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¿Porqué esperar? Por ella
RomanceAún no he acabado con mi historia, aún queda mucho que contar. Aún he de descubrir muchas cosas de ella y aclarar cientos de otras. Ya la tengo a mi lado, lo conseguí. Pero ¿será tan fácil salir adelante como las otras veces? Mucho me temo que no...