Capítulo 2.

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-Cuenta Héctor-

Julia se bajó de arriba mío y yo suspiré. De nuevo paso, de nuevo siéndole infiel a Fernanda. Se sentía bien, aquellas sensaciones que mi amante me daba.

Besó mis labios y nuestras miradas se cruzaron.

Julia: Sonó tu celular hermoso. -dijo sensualmente-

Héctor: pasamelo. -le pedí.-

Ella lo hizo y abrí aquel WhatsApp. Suspiré, no tuve el valor de contestarle a mi esposa después de haberle hecho el amor a mi secretaria.

Dejé mi celular a un costado y Julia volvió a mirarme.

Julia: ¿Todo está bien? -preguntó sentándose nuevamente arriba mío-

Héctor: Sí. -Sonreí y ella volvió a besarme.-

Luego de un rato nos vestimos y ella salió actuando normal. Nadie podía saber de nuestro amorío.

-Cuenta Fernanda-

De verdad que cantar lograba quitarme toda tristeza y lograba que me olvidé de todo al menos por unos minutos.

Una vez que terminamos de grabar tome un poco de agua y avisé que saldría unos momentos a tomar un poco de aire.

Isabel y Mayte me miraron raro, algo sospechaban aunque quedaría en eso, sospechas.

Tenía que disimular muy bien todo.

Una vez afuera de la discográfica mis lágrimas comenzaron a caer cual diluvio. No podía entender aquella situación. No podía entender como Héctor, como mi esposo podía permitir que mi corazón se rompa con cada actitud que Él tenía y no le importaba, no le importaba absolutamente nada.

Mis ilusiones se rompían cada vez más, mi corazón se iba apagando al igual que mi amor por Héctor. Sufría, sufría muchísimo. No podía entenderlo… ¿Qué había hecho mal?

Miraba el horizonte. El frío de la tarde chocaba contra mi rostro logrando que mis lágrimas se tornen más frías. La angustia crecía cada vez más dentro mío. Necesitaba desahogarme si no me terminaría ahogando.

Isabel salió de la discográfica y se dirigió hacia donde yo estaba. Tan solo me miro y me abrazó… quise soltarme pero ella me abrazó más fuerte. Me quebré, emocionalmente. Dejé que ella me abracé y dejé salir mi angustia en lágrimas amargas, en sollozos desesperados.

Isabel: ¡Tranquila mi Negrita! -dijo acariciando la extensión de mi espalda-

Fernanda: ¡No puedo más! -expresé en medio de llantos-

Isabel: ¿Qué sucede qué hace días estás así?

Fernanda: nada, nada importante.

Isabel: puedes mentirle a todos pero a mi no Fer. -me miró luego de alejarnos- ¿Qué sucede?

Fernanda: Héctor ya no me ama. -logre decir intentando no llorar-

Isabel: ¿Qué? -preguntó sorprendida y a la vez preocupada- ¿Por qué dices eso?

Hice mis mayores esfuerzos para poder contarle todo sin llorar. Mi alma dolía al pronunciar cada palabra, al hacerme la idea que mi esposo podía hacerme infiel y que todo nuestro matrimonio se estaba derrumbando poco a poco.

Fernanda: ¿Y ahora qué hago Ila? -la mire dejando que mis lágrimas caigan-

Buena Suerte. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora