Capítulo 3: 깨진 희망

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El reloj marcaba las 7:40 , unos minutos más tarde un golpe se sintió en la puerta, pensé que tal vez era mi papá. Me levanté de la cama y abrí la puerta, una mujer de tal vez unos 35 años estaba  ahí, me sonrió alegremente e hizo una reverencia. Odiaba que hicieran eso.
-Buenos Días señorita, su padre le está esperando abajo. Dijo mientras se daba la vuelta.No me inmuté en contestar ni en sonreirle, sólo salí al pasillo cerrando detrás mio la puerta con llave. La mujer empezó a caminar y yo la seguí, bajamos la escalera y nos encaminamos detrás de esta, entramos por un pasillo donde las paredes eran todas rojas, que extravagante, pensé. Este lugar no lo había visto cuando llegué anoche, aunque bueno era obvio ya que parecía estar medio oculto. La sirvienta se detuvo en una puerta grande.
-Toque la puerta y él le abrirá.  Espero que tenga un lindo día señorita. Pasó por el lado mio y se fué dejandome sola ahí. No sé si estaba preparada para esto. Miré la puerta y estire mi mano hacia esta en forma de puño para golpear , pero mi mano se detuvo, iba a conocer a mi papá, no quería ilusionarme pero una parte de mi decía "Voy a conocer a papá , tal vez él este arrepentido de haberme dejado " pero otra parte de mi decía "El debería pudrirse, todo lo que hizo es porque realmente nunca le importé, el nunca va a cambiar" y normalmente siempre ganaba el segundo pensamiento.Uno, dos, tal vez cinco minutos pasaron ¿Quién sabe? Pero yo seguía ahí inmóvil. Respire ondo y toque la puerta suavemente con la intención de que no me escuchara. Un ruido se sintio de adentro y una voz grave pronuncio un "Pase". Abrí la puerta lentamente, al mirar la habiacion se podia visualizar que era una oficina. Un hombre estaba sentado detrás del escritorio. Nuestras miradas se cruzaron, me paralizé por completo. Él era igual a mi, su piel no era blanca ni tan oscura tampoco, más bien era un color trigeño, tirando al bronceado, su pelo era castaño con algunos pelos grises debido a la edad ya avanzada. Sus ojos eran grandes y negros. Él sonrió y me dijo algunas palabras que no escuché debido a mi impacto. Hacía tanto que no lo veía, y él no se veia demasiado emocionado, el lucia como si la persona que estuviera al frente suyo solo fuera un empresario más, donde esperaba un nuevo emprendimiento, un negocio más, una persona más, no su hija. A pesar de tener una sonrisa amplia sabía muy bien lo que pasaba por su mente, sus ojos eran muy expresivos , lo delataban y creo que el no se daba cuenta de eso.
-Tamara. Estoy feliz de verte. Me dijo levantandose y acercandose hacia mi. Se paró al frente mio observandome, como si en su mente estubiera haciendo una comparación desde la última vez que me vió hasta ahora. Estiró sus brazos y me envolvió con estos. El olía a perfumes caros, se podía sentir la fragancia del shampoo aclarando de que el recien se había bañado. Yo no le devolví el abrazo. No pude. A pesar de quererlo hacer, algo en mi me decía que no podía abrazar a un completo desconocido. -Hija. Por fin nos reencontramos. Besó mi mejilla y me señaló con su mano que me sentara en la silla del frente, el se sentó del otro lado. Miré el lugar evitando su mirada porque en lo único que pensaba era ¿Por qué nos dejaste? ¿Por qué me dejaste? Había una chimenea en la esquina aunque esta estaba apagada debido a que hacía bastante calor, las paredes eran de un color azul cobalto que a su vez hacian juego con las cortinas blancas de gaza. Los muebles eran de un marrón oscuro, casi negro. El escritorio estaba perfectamente ordenado, habían  lapiceras de todo tamaño, gruesas, finas, en distintos estuches. Algo de lo que no me había percatado era de la foto que había en un mueble de atrás. Era una familia, su familia. Una mujer muy linda con rasgos asiáticos estaba abrazada a mi padre mientras lo miraba sonriente, él sostenía a un niño de tal vez unos ocho años, su hijo era parecido a él pero no tanto, él se asemejaba más a la madre, el compartir rasgos asiáticos lo hacía más notable. Una linda familia, una que no le pudimos dar mi mamá y yo.
-¿No vas a decirme nada? Imagino que debe haber sido muy duro para ti cambiarte de país, cambiar de escuela para venir aquí, por tu padre. Dijo , me miró expectante, no sabía que decir. Sonreí, debía intentarlo, tratar de llevarnos bien, él parecía que sinceramemte quisiera que nos llevaramos bien.
-¿Cómo estás? Pronuncié las palabras lentamente.
-Muy bien, mejor que... El celular que estaba arriba de la mesa comenzó a sonar. Él me miró con una cara de disculpa y atendió. Al parecer era un cliente o algo así, luego de unos minutos habló
-Lo siento. ¿De qué hablabamos? Ah si, Estoy mejor al saber que estás aquí. Sé que  entre nosotros hubo muchas diferencias, pero quiero cambiarlas, modificarlas, si tú me dejas. Asentí levemente para que continuara hablando.
-Yo tenía la idea de que fueramos juntos al diseñador de interiores, para ponernos al día. La puerta se abrió de repente voltié  y vi al  mismo niño de la foto, este sonrió  y se acercó a él corriendo.
- Papi tengo hambre . Dijo estirando sus brazitos por el cuello de mi papá y sentandose en su falda . Ante esto él no pudo contener su sonrisa, una sonrisa sincera,  de esas que desmuestran lo cuan afortunado crees que eres al tener una personas asi.
-Dame de comer. ¿Mami no vino todavía? El niño miró hacia donde yo estaba percatandose recién de mi. Sonrió formando una linea con sus ojos
-¿Quién es ella? Parece alguien de afuera como las de las pelis  norteamericanas papi, parece agrandada, es fea. Soltó una risita y escondió su rostro en el cuello del mayor. Mocoso de mierda. ¿Acaso no cierra la boca nunca? No ha parado de hablar desde que entró.
-No debes hablarle así a una mayor, y menos a tu hermana. ¿Recuerdas? Dijo mi papá, antes sus palabras me tensé por completo. Acaba de decir ¿Hermana? ¿Enserio? Que ridículo.
-Ella es la chica de la que te hablé que vendría de Argentina. El mocoso ese sonrió y asintió en respuesta a lo que dijo. -Presentate con ella y  disculpate. Habló mi padre. El niño se bajó del regazo de él y a continuación hizo una reverencia.
-Hola noona, disculpame. Soy  MinJae, tu nuevo hermanito, espero que nos llevemos bien. Lo miré sin ninguna expresión en el rostro y miré a mi papá que me observaba con una ceja enarcada.
-¿A dónde querías ir ? Dirigió su mirada a MinJae.
-Dile a la sirvienta que te cocine  Minie yo ya voy. Él me miró como si hubiera hecho algo malo y salió corriendo por la puerta. -Lo siento yo... no esperaba... no esperaba que lo cono...
-No digas nada, no necesito ninguna explicación. Está bien. Traté de sonreir aunque termino siendo una mueca.
Miró la hora y se levantó, lo imité.
-Son las 8:30 se nos va a hacer tarde , ve afuera ahí está Seomin. Yo te alcanzo Tam. Dijo desapareciendo por la puerta . Apoyé mis manos en el escritorio y dejé salir un suspiro. Creo que las cosas no estan yendo ni mal ni bien pensé.
Salí del pasillo y me dirigí a la puerta, de día se podía apreciar mejor la belleza del lugar, sin duda era muy elegante. Caminé por el jardín encontrandome con Seomin al costado del auto. Cuando se percató de mi me sonrió.
-¿Cómo está? Veo que desinfectó su herida. Habló mientras abría la puerta trasera del auto.
-¿Su padre le dijo algo? Negué con la cabeza y me adrenté en el auto.  Minutos más tarde  mi papá salió de la casa y caminó con mucha tranquilidad hacia el vehículo, el lucía como alguien elegante. Se veía como un empresario respetable. Entró al auto y nos sonrió.
-Seomin, llevanos al centro por favor.
El recorrido fué rapido, más de lo que esperaba.  Se podía visualizar  las calles más transitadas. Paramos en un estacionamiento privado o algo así y nos bajamos.
Minutos después nos encontrabamos   en un restaurant " Desayunando" aunque todo lo que había en la mesa yo no lo llamaría comida. Apenas probé unos bocados, no sabía mal pero simplemente no estaba acostumbrada.
-Es para ti. Dijo mi papá. Lo miré no sabía de que hablaba hasta que vi un celular al frente mio -Yo pedí la linea ayer para que hoy pudieras usarlo ya agendé mi número y el de Seomin por si acaso.
-Gracias. Es muy lindo. Dije  sonriendo mientras miraba el celular, este era negro al parecer era último modelo. Levanté mi mirada y me percaté que algunas personas que pasaban me miraban extrañados.
-Y en Argentina ¿Cómo te ha ido? ¿Cómo era tu vida allí ?  Me preguntó tranquilamente. Tomó un sorbo de té y agarró unas cosas de ahí, que la verdad ni idea que eran.
-Bueno, en Argentina las cosa.. Por segunda vez el celular sonó. Mi papá lo miró y frunció el ceño, me hizo una seña de que ya volvía y se levantó dejandome sola. Si todas mis charlas con él iban a ser asi no lo soportaría. Miré el lugar, era muy lindo, todo estaba muy limpio, había gente pero no tanto. Estaba tranquilo , eso me gustaba. 
-Disculpa, el trabajo, me persigue por todos lados. ¿Qué me decías?
Le sonreí y me dispuse a hablar nuevamente.
-Que en Argentina las cosas iban de maravilla, todo estaba perfecto, estudiaba, tenía muchos amigos. Mentí , todo lo que dije era mentira, por supuesto que en Argentina nada estaba bien, era una pesadilla porque estaba sola.
-Oh Tam eso es muy bueno, pero estoy seguro que todo lo que pasaste allá , aquí lo pasaras el doble. Me regaló una sonrisa amplia y estiró su mano agarrando la mía. -Bueno Tam, como te dije quería que vinieramos al diseñador  para que le dijeras como quieres  tu cuarto, para que lo modifiques y decores  a tu gusto, pero debes decirle tus ideas ¿Haz pensado en algunas ?
-¿Puedo hacer lo que yo quiera, no? Él asintió con la cabeza. -Entonces, ya tengo la idea de como va a ser. Dije mientras terminaba de comer. -He pensado en muchas ideas aunque no estoy segura, imaginé desde pintarla y decorarla toda rosa hasta hacer todo en negro. Al no recibir ninguna respuesta, levanté mi mirada y mi papá estaba tecleando en el celular mientras le sonreía a este ¿Alguna vez sentiste la tristeza, la decepción cuando te das cuenta que la otra persona no te escucha, ni si quiera te presta atención, y ante esto piensas que no deberías hablar , por que sientes que lo molestas? Él me miró y dejó el celular en la mesa.
-¿Dijiste algo? El no se había dado cuenta de que estaba hablando. Negué con mi cabeza y metí otro bocado de comida a mi boca, sólo para distraerme.
- Como te quería decir Corea del Sur es un país muy lindo estoy segu... Lo dejé de escuchar, me estaba decepcionando, es como si realmente no le importase.
-¿Por qué te fuiste? Susurré lo mas bajo posible. Él paró de hablar y frunció el ceño.
-¿Cómo? Habla más fuerte Tam.
-¿Por qué te fuiste?¿Por qué lo hiziste?  ¿Qué tratabas de hacer? Sus ojos se abrieron completamente, parecía impactado pero a pesar de eso no dijo nada solo se quedó ahí sin moverse. Mis labios formaron una linea recta, y apreté fuermente los cubiertos.
-Yo no quiero hablar de eso Tamara. Hoy no es el momento. Dijo, sus palabras sonaron frías y secas como si quisieran advertirme que si seguía preguntando iba a perder la cordura.  Asentí levemente.
- Si ya terminaste podríamos ir yendo.. Dijo mientras dejaba plata en la mesa y  se levantaba, iguale su acción y caminamos hacia la salida. En el camino de lo único que hablabamos era de lo lindo que es Corea y las lindas personas que hay y que a él le gustaría que tuviera un novio de acá,que obvaiememte se me hacía imposible, ya que estos chinos carecian de belleza. Frenamos en un edificio grande estabamos por entrar cuando el celular empezó a sonar de vuelta. Iba  romper el jodido celular en cualquier momento. Se alejó y empezó hablar, parecía furioso. Se acercó a mi y me miró con pena.
-Tam tengo que irme, quería enserio pasar más tiempo contigo pero el deber me llama, prometo que saldremos otro día. Me dió un beso en la frente y se dio la media vuelta pero al segundo se giró. -Llama a Seomin cuando termines , el diseñador ya sabe que subiras sólo dile lo que quieres y listo. Ten una linda tarde. Dijo mientras se subía a un auto negro que acababa de llegar.
Chasquié la lengua en forma de disgusto. No me fué a buscar al aeropuerto, no me recibió ni siquiera en su casa, si hablábamos estaba con el celular, cuando dijo que me acompañaría me dejó sola, le pedí explicaciones de por qué se fue y no quiso darlas . Él con sus palabras decía algo pero sus acciones demostraban  todo lo contrario. Lo intenté pero me cansé, no iba a seguir insistiendo.
Miré el edificio blanco al frente mio en este había un cartel grande con las palabras "Hacemos posible tus sueños" sonreí para mis adentros, la única forma de hacerlo posible sería si me llevaran de vuelta a Argentina, pensé. Metí mis manos en los bolsillos delanteros del jean y me adentré al lugar.
La fragancia del lugar era exquisita entre una mezcla de limón y pinos, al frente había un escritorio y detrás de este  estaba el señor Jihyun hablandome sobre ideas para una habitación juvenil, pero todas estas me parecían ridículas.
-Jihyun. Dije mientras él estaba mirando los folletos. Inmediamente sus ojos se posaron en mi, una mueca de disgusto se asomó por su cara ,tal vez por mi informalidad al hablarle.
-Ya pensé en una idea y necesito que haga muy bien su trabajo. Pronuncié las palabras detenidamente, el sonrió de forma arrogante.
-Haz venido al mejor lugar.

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⏰ Última actualización: Sep 13, 2017 ⏰

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Addictions. [JEON JUNGKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora