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Eran las cuatro de la madrugada, había tenido esa pesadilla y no podía dormir de nuevo, sí, me solía pasar pero aún no sé porqué. Estuve en mi cama moviéndome de lado a lado, no encontraba manera de dormir pero tenía que hacerlo, a las nueves tenía visita con mi psicólogo, no quiero que me vea mal. Yoongi es muy guapo, en cierto modo me siento atraído por él pero ¿quién no lo haría? Es totalmente perfecto, sobre todo cuando sonríe y cierra sus ojos dándole forma de dos pequeñas medias lunas.

—¡Ay! —sin darme cuenta me caí de la cama por dar tantas vueltas.

Después de eso me levanté y encendí la luz de la cocina, me miré las manos, era raro porque las tenía rojas y olían a hierro, estaban teñidas de un rojo muy difuminado por lo cuál no le di importancia y me las terminé de lavar bien.

Eran ya las ocho y media, era hora de ir a la consulta del psicólogo Min. Entré por la puerta y este esbozó una sonrisa al verme.

—¡Buenos días Jimin! —me saludó dandome la mano. —Puedes sentarte si quieres.

—Buenos días a usted también —le devolví el saludo mientras me sentaba en la silla de cuero negro, todo en esa habitación tenía colores sencillos, lo único llamativo que había en esa consulta era la sonrisa de él.

—Dime ¿qué tal estos días? ¿han ido a más las pesadillas?

—No, como siempre —le dije en un tono triste, realmente me molestaba no poder dormir correctamente por unas estúpidas pesadillas.

—¿Podrías hablarme de algunas de tus pesadillas? ¿que tal si me hablas de la más reciente?

—Esta noche he tenido una pesadilla muy extraña, más extraña que las anteriores porque parecía que estaba pasando realmente, recuerdo casi cada detalle.

—Dime que es lo que recuerdas entonces.

—Recuerdo que estaba en casa de un chico con un chico y que después de ligar con él fuimos a su habitación y... —mi voz se cortó y quedé absorto en mis pensamientos de golpe ¿debía decirselo? Claro que sí Jimin, para eso le pagas.

—¿Y? Jimin ¿estás bien?

—Sí, sólo estaba pensando en la pesadilla. Después de entrar a la habitación con aquel chico... lo maté.

—Exactamente ¿cómo lo mataste? —le vi apuntando cosas en su libreta, siempre lo hacía pero me fijé en que esta vez mantenía más de lo normal su mirada en la libreta.

—Lo apuñalé. —solté sin más.

—Ajá... ¿y conoces al chico del sueño en la vida real?

—No, ni me suena de haberlo visto.

—Bien, aún tenemos muchas cosas de las que hablar para saber el porqué de esas pesadillas, aunque voy aclarando y descartando cosas aún no quiero decirte nada porque no tengo un resultado claro ¿te importaría volver mañana? Como siempre —después de eso me sonrío y juro que por inercia le devolví la sonrisa, ese hombre me volvía tonto.

—Claro que sí, encantado vendré a verle. —esta vez le sonreí yo.

—Pues hasta mañana Park, que le vaya bien.

—Igualmente.

Salí de la consulta, ese día no tenía visita pero como tenía su número le pregunté si podía venir, me parecía muy extraño ese sueño y quería contarselo para que no se me olvidara.

Llegué a casa, estaba muy cansado, como si no hubiera dormido, suelo acostarme muy temprano para dormir lo máximo posible pero máximo consigo dormir unas seis horas seguidas gracias a las pesadillas, me hartaban.

Eran las nueve de la noche y después de cenar y limpiar me acosté a dormir como de costumbre, después de llevar meses con esas pesadillas cada noche era un reto.

...

Me dirigía al bar de siempre, necesitaba una presa, la de la noche anterior me duró poco, pensaba que me iba a divertir más pero no.

—¡Hey Park! —vi como un hombre de mi estatura, pálido y con el pelo negro se acercaba a mí. —¿qué haces tú por aquí?

—Suelo venir por aquí y tú... —alargué la última letra para que entendiera la pregunta.

—Yoongi ¿acaso no recuerdas mi nombre?

—No es que no recuerde tú nombre, no sé quien eres. —y es cierto, era la primera vez que me encontraba con ese hombre pero no me disgustaba, es más creo que ya tenía a mi nueva presa, pero antes de hacer nada me gustaría pasarlo bien con él debajo de mí.

—Pues perdón... no quería molestarte —me miró con una cara que era una mezcla de estar extrañado y de que no sabía que pasaba. —Igualmente ¿la sesión de mañana sigue en pie?

—¿De qué sesión me hablas?

—¿En serio que no recuerdas nada Park?

—No, ya te he dicho que no sé quien eres.

—De acuerdo, ya me voy...

Vi como se alejaba después de decir eso y no pude evitar mirar su trasero... y tanto que le tenía ganas a mi nuevo juguete.

...

—¡Ay dios! —esta vez no era una pesadilla, únicamente un sueño porque no ocurrió nada malo pero ¿por qué aparecía Yoongi en él? Me habré obsesionado con él. Cuando fuera a la consulta le explicaría sobre mi nuevo sueño, verlo era lo que más quería.

Mad HatterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora