Just One Night ⇾ HopeV [Terminada]

5: sólo una noche.

10 PM

Pov Taehyung

Hoseok estaba a centímetros de mi cara y la verdad era que moría por besarle. Pero no podia hacerlo no, no ahora.

-sólo una noche...- fue lo único que dije en respuesta a su propuesta de darle esta fortuita oportunidad de poder recuperarme. -sólo una, Hoseok...- dije y me aparte de él antes de cometer la locura de besarlo.

Una amplia sonrisa de satisfación se dibujo en su rostro. Me di la vuelta dándole la espalda para ponerme de pié, y me encamine a la pista de baile para alejarme del sofá donde antes estábamos sentados.

Sentí sus manos atrapar mi pequeña cintura como tantas veces lo hizo y seguido de ello su cuerpo chocar con el mio al atraerme a él.

Cerré mis ojos sintiendome culpable, por dejar que aquel hombre al que por tanto tiempo jure odiar ahora me estuviera dominando tan fácil.

Me removi bajo su toque y trate de separarme de él safando el agarre de sus manos en mi cintura, pero en respuesta él solo la apretó más fuerte haciendome rebotar.

En esta ocasión de mis labios logro escaparse un pequeño y suave gemido que la música logro disolver.

-no hagas trampa- susurro a mi oido haciendome sentir su cálido aliento y sus húmedos y suaves labios chocar con mi oreja.

Frunci mi ceño confundido dejando de lado el hecho de que ese simple acto me había excitado -¿trampa?- le pregunté aun confundido.

-sí... me concediste esta noche... así que puedo hacerte lo que quiera-

Otra vez sus labios y su aliento chocaron con mi piel y esta vez sí, no pude evitar temblar al estremecerme tanto por ello... por el tono de su voz, y el significado de sus palabras.

-te haré recordar cuanto nos amabamos- habló a mi odio, mientras contoneaba nuestros cuerpos en medio de la pista al ritmo de la música que ahora sonoba.

Literalmete había logrado relajarme y dejarme caer en sus brazos, mientras sentía el calor de su cuerpo junto al mio y la forma en la que movía su cadera sobre mi trasero.

-¿lo recuerdas?- preguntó en un susurro, como si no quisiera que las personas que nos rodeaban nos escucharán. Me hizo darme la vuelta de forma sutil, quedando así frente a él. -tu...- habló llevando sus manos a las mias y poniéndolas sobre sus hombros. Frunci mi ceño extrañado por su acto pues no lo entendí -pusiste tus manos sobre mis hombros, y me miraste a los ojos con miedo por lo que sentías por mi, y yo...- dijo poniendo las suyas sobre mi cintura - lleve las mias a tu cintura mientras te miraba de la misma forma que ahora... con amor- relaje mi semblante al entender sus actos y al recordar bien ese día.

Pego nuestras frentes y cerré mis ojos -estábamos en la casa de NamJoon...- continuo hablando -él y su maldita manía de poner música en ingles, no entendía ni un pito de lo que decía aquella canción- reí por sus palabras  -pero aun así la recuerdo, todos se habían ido y sólo quedamos tu y yo en su sala, ya que Nam se había ido a acompañar a Jin a su casa ¿recuerdas eso?- me preguntó y asentí levemente dejando volar mi imaginación y viajando al recuerdo de aquel día.

Era una noche fría de un treinta de diciembre, día de mi cumpleaños.

Viví con la maldición de recordar ese momento cada dia de mi cumpleaños.

Cumplía catorce entonces, así que estábamos a finales del 2008. Apenas iniciaba a entrar el siglo veintiuno y yo ya empezaba a sentir cosas fuera de lugar por mi mejor amigo.

Entonces Hoseok aún tenía dieciséis.

Recuerdo lo asustado que estaba ese día, bailaba con él tan pegado a mi cuerpo justo como lo haciamos ahora, y no podia parar de sentirme culpable, porque sentía que de alguna forma estaba traicionando a mi amigo al sentir aquello por él. Por un hombre.

Me sentía asustado de lo que Hoseok pudiera pensar de mi. Pero estábamos solos y yo quería quitarme esa maldita duda de una vez por todas. Ninguno de los dos dijo nada y a diferencia de las demás veces no trate de resistirme y sólo lo besé, me besó, nos besamos y fue el momento más hermoso de mi vida, fue mi primer beso.

-tenía tu cuerpo tan cerca como ahora, y tus labios también- la voz de Hoseok me hizo volver al presente. Uno que odiaba. Sinceramente quería volver al pasado, cuando éramos jóvenes y despreocupados, cuando no sabía que terminaríamos así.

-yo quería besarte... y no sabía si tu a mi, pero tuve que dar aquel primer paso- sentí sus labios rozar los mios y apreté más fuerte mis ojos enterrando mis dedos en su sedoso cabello color azabache. Y ladee mi cabeza sin despegar nuestras frentes. -pegue nuestros labios- dijo y acto seguido fue lo que hizo presionandolos y dandome un leve y casto beso en ellos. Abrí mis ojos cuando se alejó llevando mi vista a su rostro -y sólo espere a que no me golpearas- terminó la idea sonriendo levemente al recordar que las demás veces lo había hecho, lo había golpeado por besarme, pero luego me enseñó a perder le el miedo a los besos, y sin permiso me volví adicto a ellos.

-¿sabes Taehyung? Estas sonriendo ahora- dijo y me apresure a borrar aquella sonrisa de mi rostro -y así me dices que no lo recuerdas. Niégamelo, dime otra vez que no lo haces- me pidió y sólo negué de forma efusiva haciendo que nuestras narices se rozarán.

-me dirás que me olvidaste, que estas mejor sin mi pero yo no te creeré, tu fuiste mio, solo mío... y así quiero que sea por siempre.

Su mano izquierda abandonó mi cintura para situarse sobre mi barbilla y acercar mi boca a la suya para así darme un suave y dulce beso en los labios, que me hizo encender todo.

Y solo con eso, aquellas cenizas que según yo ya se las había llevado el viento, volvieron a encenderse, porque esa llama que quise apagar nunca logré.

Siempre lo he querido a él, a él y a nadie más, porque nadie más ha sabido besarme de esta forma, porque nadie más ha sabido tocarme de esta forma, porque a él y sólo a él le he permitido hacerme lo que a nadie más.

Amaba la forma en la que sus labios acariciaban los mios, la forma en la que de manera sutil los mordía de vez en cuando, ese compás con el que su lengua bailaba dentro de mi boca. Y esa forma de pegarme a él y hacerme sentir cuanto me desea cuando lo siento duro contra mi entrepierna.

Porque sólo él y nadie más que él, era a quién quería a mi lado haciendome esto, veinticinco ocho.

Y me culpaba claro que sí, ese sabor agridulce de haberle besado y fallado a mi promesa de no dejarlo volver golpeaba mi corazón, me quemaba, me lastimaba pero ¿para qué seguir sufriendo por algo que puedo tener? Es mejor dejar de lado el orgullo y es que el amor siquiera conoce la palabra.

Es tan malditamente difícil apartar a ese alguien de tu vida, cuando tu corazón y tu alma te piden a gritos una segunda oportunidad.

Aquel maldito hombre al que jure odiar ahora me estaba haciendo amarlo nuevamente, aquel hombre se había separado de mis labios llevándose toda mi dignidad en ellos.

-¿ahora lo haces?- me preguntó jadeando sobre mi boca -¿ya lo recuerdas?- me preguntó y asentí y es que ¿cómo no hacerlo después de esto?

Lo sentí suspirar aliviado, y sonreír de paso, sobre mis labios por cierto porque me había vuelto a besar.

Sus labios besaron con aparente y desbordante alegría toda mi cara y mi cuello haciendome reír.

Sus manos viajaron a mis nalgas y las pretaron fuerte entre sus dedos. Gemí y mordí mis labios por su toque y sus besos sobre mi piel.

Estábamos en público, la discoteca estaba llena pero poco parecía importarnos.

-¿quieres que te recuerde nuestra primera vez?-

Me preguntó aun metido en mi cuello. Y lo único que pensé fue ¿para qué decirle que no si sí?

-sí... Hobi... sí quiero- respondí apretando su cuerpo al mio.