ღ | Irritante |

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El sueño relaja cada uno de sus músculos tensos durante semanas, un sueño tan delicioso que se le hace extraño tener uno tan reconfortante como lo es ahora, ¡Cielos! hace siglos que no dormía de manera tan placentera. Desde que empezó a trabajar en la editorial «EXODUS» sus noches se basaban leer contratos aburridos y tediosos; contestar llamadas frenéticas a todas horas — porque siempre es de día en algún lugar del mundo— corregir escritos y sobre todo organizar el horario (y la vida) de Kim Junmyeon. Su jefe.

Ahora se da cuenta de que en realidad no está dormido y su mente inquieta solo divaga en lo triste que es su vida, frunce el entrecejo en una mueca de asco en tan solo pensar en su jefe a tan primeras horas de la mañana. Un hombre quisquilloso que le irrita hasta las puntas de sus cabellos castaños. Niega ligeramente la cabeza sobre la almohada mientras restriega la mejilla como un gato recién despertando, no debe tener ese tipo de pensamientos a primera hora del día. Hablando de hora« ¿qué hora es? » se pregunta a sí mismo y con toda la pereza del mundo abre solo el ojo derecho con dificultad.

Su primera visión son los rayos del sol entrando cómodamente por la ventana de su pequeña y muy austera habitación. Frunce nuevamente las cejas pobladas completamente extrañado, comúnmente cuando despierta el cielo sigue oscuro. Un poco distraído voltea al buró de madera ligeramente destartalada y paliducha, viejo y maltratado por el uso y los años con una lámpara de lectura y su despertador eléctrico. Está apagado, no recuerda haberlo desconectado, de hecho se aseguró de dejar la alarma puesta después de haber estado a las altas horas de la madrugada terminando el incontable papeleo del fin de semana. Necesitaba dejar terminado todo para el viernes — osea hoy— para no tener pendientes el sábado y domingo, dejando el esperado fin de semana libre. Es el cumpleaños de la abuela después de todo.

Se levanta con pesadez y recuerda que tristemente olvidó pagar la luz, osea que no tendrá luz en los siguientes tres días, por esa razón la alarma no sonó a lo que quiere decir que es tarde. Muy tarde.

Completamente exaltado se levanta de un brinco y se desenreda las mantas delgadas y viejas y sale corriendo a su baño. En el camino se quita sus prendas para dormir dejándolas desperdigadas por todo el pasillo hasta el pequeño baño, resbalando un poco por las gotas de agua que olvidó limpiar el día anterior.

Abre la regadera y para su gran desgracia  solo sale agua fría «mierda» se maldice a sí mismo por segunda vez en el día y a su mente distraída por haber olvidado pagar las cuentas de la luz y el gas. Maldice a su jefe que lo satura absurda de trabajo. Maldito mundo en general. Pero más a su jefe, que se vaya a la mierda.

Su acostumbrada ducha de 20 minutos ahora se vio reducida a 5 minutos. O menos.

Sin molestarse a prepararse un desayuno decente para el día toma sus llaves, teléfono celular y su maletín para salir corriendo de su departamento, va demasiado tarde para tomar el ascensor a lo que baja las escaleras a máxima velocidad, Lamont Marcell estaría celoso de su rapidez. Por suerte vive en el segundo piso.

La Propuesta. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora