•Unholy• | pjm! ✓

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Cuando quise darme cuenta, resulta que era yo la que tenía todo el control. Dos hombres eran los que querían estar conmigo, pero yo solo me interesaba por uno.

Dejé de tener interés por él hace tiempo, lo sabes, no es un secreto para ti. Muchas fueron las veces en las que te confesé que prefería a tu persona por encima de cualquier otra, sintiendo que protagonizaba una tragedia romántica. Dices que no te gusta que te diga eso, que te asusta, porque el futuro que tenemos es incierto. Después te hago reír, porque siempre sueno demasiado dramática cuando hablo de mis sentimientos. Me aconsejaste que, si íbamos a seguir así, debería romper con él. A esas alturas perdiste toda la vergüenza, te daba igual ser elocuente con tus palabras o acciones; querías que fuera tuya por completo.

Sospecho que mi novio sabía que me pasaba algo. Nunca me lo dijo directamente, pero sus actos repentinos de atención hacia mi persona le delataban. Él jamás se había esmerado tanto en complacerme hasta que se percató de que corría la posibilidad de que yo decidiese dar por terminada la relación. Cada vez quedábamos menos, apenas nos llamábamos o nos mandábamos mensajes. Puse tantas excusas que no es de extrañar que al final recelase. Lo que teníamos se estaba enfriando, se estaba marchitando, mientras que tú y yo cada día nos volvíamos más cercanos.

No supe si sabía acerca de mi infidelidad, pero me llevó de viaje con un propósito. Nada más y nada menos que a Bali. Solo él y yo. No te gustó la idea. Créeme, a mi tampoco me apetecía lo más mínimo, aunque he de admitir que no me lo pasé tan mal, si no fuera por la cantidad de veces que intentó intimar conmigo.

Te echaba de menos. Necesitaba tanto tu calor que sucumbí a medidas desesperadas. Me prometí a mí misma que no volvería a hacerlo, pero hubo una noche en la que dejé que trepase por mi cuerpo, y en mi mente eras tú el que lo hacía. Por favor, no te enfades. No es la primera vez que hago esto, y tampoco sé si será la última, porque me gusta demasiado jugar sucio. Algo así debería hacerme sentir como una auténtica pérfida, ¿por qué entonces me llena de satisfacción y éxtasis?

No sé qué estás haciendo conmigo, pero tampoco me importa mientras me asegures que voy a sobrevivir a esta demencia.