Mal Karma.

Querida hoja de mi libreta.

5, 4, 3, 2, 1. La cuenta regresiva había empezado, la tan esperada cuenta regresiva que indicaba que las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, la emoción se hacía latente en mis compañeros, sus ojos abiertos como platos con las pupilas dilatadas que indicaban emoción excesiva o inhalación de marihuana.

-Felices vacaciones, alumnos._ Dijo la profesora Lindsay, dándole paso a los desbocados caballos, considerados estudiantes. Una sonrisa se asomaba en su rostro, haciéndola aún más tierna. La profesora Lindsay tiene alrededor de unos 30 años, es una mujer pequeña, con cabello castaño hasta los hombros, ojos color avellana, nariz respingona y un perfecto rubor en sus mejillas. Estoy segura de que si dejara su timidez de lado, esa mujer tendría a cualquiera comiendo de la palma de su mano.

-¡KATHERINE!_ Un grito bastante familiar me saco de mis ajetreados pensamientos, era Claire, la pelirroja más "ardiente" de la preparatoria, lamentablemente mi mejor amiga o BFF, como prefiere llamarnos ella.

-¿Quién murió?_ Dije, cruzándome de brazos.

-Tu, si sigues con esa actitud._ Intente no reírme, pero Claire me lo hacía imposible, la pose de diva que había colocado y el semblante en su rostro me dificultaba tomarla en serio, parecía una gata en celo a punto de atacar.- Hey, no te burles._ Replico, girando los ojos.

-Tienes que verte, me lo haces imposible._ Algo de sinismo se había colado en mis palabras, logrando que la empedernida pelirroja golpeara fuertemente mi hombro.- Auch, idiota._ Un chillido se escapó de mis labios, haciendo que una sonrisa se dibujara en su perfecto rostro.

-Eso es para que aprendas a no burlarte de Claire Jenner._ Dijo, con tono de superioridad.

-Idiota._ Alzo su mano nuevamente para golpear mi adolorido hombro, pero para mi suerte mis reflejos son bastante buenos y logre tomar su mano antes de que impactara con mi pobre hombro.- Ni te atrevas Claire Haley Jenner Mason.

Está bien._ Musito, como una pequeña niñita a la que acaban de reprender.

-Así me gusta, bueno ¿Qué quieres, Haley?

-¿Iras a la fiesta?_ Esa mirada confusa se hizo notoria en mi rostro, no recordaba ninguna fiesta y eso no era usual.- No me digas que la olvidaste._ Dijo Claire enojada. Odio la facilidad que tiene para leer mis expresiones, bueno, en su defensa tiene 8 años conociéndome.

-Bueno, no te lo diré._ Deje posar una sonrisa forzada en mi rostro, no quería ver a la señorita drama enojada.

-¡KHATERINE! Por Dios, la fiesta de fin de año, la cual me prometiste que irías._ Sus brazos se cruzaron y sus ojos verdes me miraban expectante haciéndome sentir incomoda, ahora si recordaba la fiesta y también recordé el motivo por el cual ella me hizo prometer ir, es la fiesta de Dylan, la asquerosa bestia repulsiva que en algún momento de ceguera e idiotez temporal fue mi novio.

Marzo 30 del 2016

-¿Quieres ser mi novia?_ Pregunto el guapo rubio de ojos cafés. La luz de la luna adornaba su rostro, creando un ambiente más acogedor.

-Sí, sí quiero._ Una lagrima resbalo del rostro de dicha chica, para ella no había nadie mejor que él y desde que sus miradas se habían cruzados ella anhelaba ese momento, ese mágico momento en el que podría decir con orgullo que era la novia de Dylan Cooper.

-Me haces el chico más feliz del mundo, Katherine Dalas._ Acto seguido planto un largo beso en sus labios, corroborando el sentimiento que ambos decían sentir.

-Estaba drogada, ¿Cierto?_ Dije, esquivando la mirada de los fulminantes ojos verdes de Claire.

-Quizás._ Se encogió de hombros y como acto de magia su mirada ya no expresaba esa furia contenida.- Pero eso no importa Katy, debes acompañarme, drogada o no, lo prometiste, además nosotras nunca nos perdemos una fiesta._ Replico.

-Buen punto._ Susurre._ Pero es la fiesta de Dylan, ¿Qué clase de mejor amiga obliga a su mejor amiga, a ir a la fiesta de su ex?_ Mi punto era tan bueno, que ni la futura abogada podría desestimarlo. Me cruce de brazos y la mire expectante.

-¡ES BFF!_ Gritó_ La misma clase de ¡BFF! Que ayudo a su ¡BFF! A escaparse la otra noche de su casa._ La mirada de superioridad se posó en su rostro junto con una sonrisa sínica. Esta chica me había atrapado, ya no había nada que hacer, excepto aceptar.

-Está bien, iré._ Y como una niña caprichosa que ya había conseguido lo que quería, se fue del salón de clases, dando pequeños saltitos.