CAPÍTULO DOS ▮ shinya "dumbass" hīragi.

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Tal vez no todo saldría exactamente conforme a lo planeado. Guren no podía negar que la presencia de aquel chico albino a su costado había traído consigo un halo de tensión al ambiente. O al menos para él, ya que todos los demás dentro de ese salón le miraban con ojos desbordantes de admiración, hasta en su habla a la hora de dirigirse al joven Hīragi parecía haber una cierta labia, aunque Guren no estaba seguro de si aquello era producto del respeto o de tener segundas intenciones con él.

Fuese cual fuese el motivo, no era de su incumbencia ni mucho menos de su interés.

Se abstuvo a permanecer en silencio mirando hacia la ventana, con su codo izquierdo sobre la superficie del pupitre mientras dejaba su mentón en el hueco de su mano. La maestra que Guren había calificado como tediosa les indicó que tenían un par de minutos libres para conocerse entre ellos —lo que era irónico, puesto que la mayoría de los miembros del Mikado no Oni ya se conocían—. Durante el bastante generoso lapso de tiempo que les otorgó la docente, los pertenecientes a esa clase comenzaron a hablar animadamente, mientras que Guren, asumiendo que nadie querría llevarse con él debido a su procedencia, se limitó a voltear la cabeza a un costado, dando a entender que tampoco estaba interesado en establecer una conversación o contacto con nadie.

Tampoco es que su misión involucrase socializar con el enemigo a gran escala, solo haría el intercambio de palabras que fuera estrictamente necesario y, más allá de eso, se abstendría a escuchar y responder con ademanes.

La mayoría de los presentes comenzaban a intercambiar un par de palabras con la persona que tenían a su lado, pero afortunadamente para Guren —o también trágicamente—, el chico Hīragi a su lado estaba demasiado ocupado con un grupo de chicas a su alrededor adulándole como para siquiera prestarle atención a él.

No es que a Guren le interesase en lo más mínimo obtener la atención de un individuo que figuraba como potencial peligro para su misión, pero el ruido sumamente agudo de las voces de las féminas era una tortura auditiva, a su parecer. Se compadecería de aquel chico por tener que soportarlo desde cerca, pero seguramente él disfrutaba plenamente de atraer la atención femenina con tal facilidad.

Aunque, al menos por lo que podía oír y había identificado de él en cuanto hizo aparición pudo deducir era bastante diferente al otro Hīragi que se había topado en la mañana. Este chico albino desprendía un aura completamente distinta, un aire más relajado y menos agresivo. Pero bien sabía Guren que no podía descartar la posibilidad de que aquello fuera únicamente una imagen, una fachada para ocultar un carácter manipulador y sus verdaderas intenciones.

— Shinya-sama —mencionó una de las chicas que lo rodeaban, soltando unas risillas que, Guren suponía, eran alguna clase de coqueteo—. Tengo un lugar vacío junto a mí, por si le apetece estar en un sitio más cercano al pizarrón.

Shinya emitió un ruidito de pensamiento, considerando la propuesta unos instantes.  Pero de igual manera sabía que su respuesta estaba decidida incluso antes de que la propuesta llegase.

— Eso es muy amable de tu parte, lo tendré en consideración —mencionó regalándole una sonrisa a la fémina—. Pero me encuentro cómodo en este sitio actualmente, seguramente tendré mucha diversión aquí.

Guren dedujo, por el volumen más elevado y el tono inusual adicional que añadió a su voz en esa última oración, que el Hīragi había pretendido que él escuchase aquello. Guren se aseguró de pasar de ello, intuía que ese chico podía pretender subyugarlo con algún otro método más descabellado que el que usaba el resto de los estudiantes, pero no le daría en el gusto de hacerle notar que lo había escuchado, y que además, aquello le daba mala espina.

No es que realmente le preocupase un enfrentamiento con un miembro de la familia Hīragi, confiaba plenamente en sus propias habilidades y sabía que sería capaz de hacerles frente en un combate real. Sin embargo, en esa situación no podía darse el lujo de demostrar sus capacidades, su misión se lo impedía completamente. Tendría que dejarse golpear si en algún momento se veía envuelto en un gran lío, pero también, sabía que tenía buena resistencia a los golpes. ¿Cuánto duraría aguantando eso, de todos modos?

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐄𝐍𝐃   ▮₊̇ °   GURESHIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora