Capitulo 1 § Sin Cadenas

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Ariana's POV

Era de madrugada y me encontraba en aquella habitación alquilada en uno de los rincones de la ciudad de Seattle, me toca decirle adiós a está ciudad que me trajo tanta diversión y buenas experiencias, mi madre siempre dice, "Si realmente quieres vivir nunca te cierres a la oportunidad de explorar y experimentar" y eso hice, tome mi violín, mi cámara y mis maletas que ya estaban listas, sólo tenía que esperar a que amaneciera y con La Luz del sol, partiría rumbo a Chicago.

Me dispuse a servirme un desayuno, que consistía en Lucky Charms y fruta. Estaba realmente motivada a pesar de ser muy temprano, el aventurarme hacía que me sintiera humana, me hacía respirar y sentirme como un ave en libertad, agradecía que el trabajo que llevaba me permitía realizar estos viajes. Tenía un pequeño negocio online mi madre y mi hermano me ayudaban desde casa, por lo que yo podía viajar con tranquilidad. Ellos habían apoyado totalmente mi decisión de realizar viajes, éramos una familia muy únida y cada vez que alguno necesitará algo estaríamos ahí para apoyarnos mutuamente.

A pesar de intentar convencerlos de que me acompañasen en mis aventuras y comprar una casa rodante, ellos se negaron y me regalaron un Mustang BOSS 429 negro del 69. Era hermoso, era mi mayor tesoro, siempre en todos mis viajes era el y yo. Le había puesto algunos cuantos adornos internos, como asientos de cuero rosa y unos daditos de felpa del mismo color.

Pensaba pintarlo de blanco para final de año y quizás hacerle algunas modificaciones internas, tenía muchos planes para mi bebé este año, este año sería grande, tenía la pequeña certeza de que sería así.

De repente escuche unos gritos y unos golpes, mis vecinas eran muy ruidosas, pero no me quejaba, casi nunca estaba en casa, siempre estaba explorando la ciudad y visitando los lugares de interés. Seattle era un gran atractivo turístico, aquella ciudad con hermosas luces hacía llamado a todo aquel que le gustase la vida nocturna, pero de una manera más relajada y no tan al estilo de Las Vegas donde todo era fiesta, placer y alcohol las veinticuatro horas del día.

Observe por la ventana y el cielo ya estaba comenzando a aclarecer lo que sería señal suficiente para partir. Tome mis pertenencias y salí de aquella habitación llevándome todos los buenos recuerdos de Seattle conmigo. Me dirigí a la recepción donde entregue las llaves y me despedí de George, el portero de aquel edificio, era un señor de bigote, canoso, de unos cincuenta y tantos. Era un amor de persona, siempre era muy atento cuando regresaba con muchas bolsas o venía un tanto mareada de alguna fiesta de la ciudad.

Subí mis cosas al auto y otro grito se escucho —¡Estoy Harta! ¡Si no puedes controlarte entonces me voy!— Gritó una voz femenina que venía bajando las escaleras con una maleta —¡¿A donde crees que vas?! ¡Tus padres quedaron en un acuerdo conmigo! ¡Ven acá maldita sea!— Su facción cambio rápidamente de molesta a asustada cuando escucho las pisadas furiosas que venían por las escaleras, corrió hasta la puerta con maleta en mano buscando alguna vía de escape, su rostro estaba lleno de terror.

De forma impulsiva tome su maleta y la subí al auto, en el cual rápidamente me subí abriendo la puerta del copiloto. Ella me vio asustada y nerviosa, casi paralizada —¡CAMILA NO TE ATREVAS A MOVERTE DE ESE PUTO LUGAR!— gritaba una voz desde dentro que cada vez se hacía más presenten.

—¿Qué estás esperando? ¡Entra!— La llame y ella inmediatamente reaccionó y entro al auto el cual arranque rápidamente antes de que aquella pelinegra histérica llegase hasta la puerta.

—¿Estas bien?— Pregunté mientras manejaba por las calles de Aquella ciudad. —Sí, gracias— Hubo un momento de silencio y no dude en preguntar —¿Quien era ella? Parecía que te quería matar, no me digas que es una prestamista— A veces los nervios e hacían hablar de más y creo que en ese momento la estaba cagando.—Era mi prometida, pero es una abusiva— Fruncí mis labios, no me gustaba nada el tema de ese tipo de relaciones. —Ariana—

On My Way § Camriana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora