Galatea es una chica de dieciocho años que acaba de empezar su carrera universitaria.
Lleva una vida de lo mas normal, hasta que repentinamente esta se ve afectada y da un vuelco de trescientos sesenta grados tras conocer al trapero Bad Bunny.
Cuando Ethan se fué, entré directamente a hacerme las uñas de porcelana. Me encantaba llevarlas porque las mías eran bien horribles. Pedí que me las hicieran de color rosa chicle a juego con mi nueva funda para mi Iphone.
Salí de allí muy contenta con mis nuevas uñas. Miré el reloj. - las seis, si no me doy prisa llegaré tarde.- pensé. Y me fui a mi casa como una bala.
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Una vez allí prepare la ropa que me pondría para el concierto.
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Me decidí por unos shorts vaqueros, una camiseta corta blanca con dibujos de comida, mi gorra rosa palo favorita y mis Adidas Superstar. También me puse debajo un vikini ya que estabamos en pleno Agosto y me dijeron que en los conciertos de Bad Bunny a veces te tiran agua.
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Acabe de prepararme y me maquillé de una forma muy sencilla pero que me hacía ver preciosa. Deje mi pelo suelto. Le eché un último vistazo al espejo, recogí mi bolso negro con todo lo necesario y salí por la puerta, no sin antes mirar la hora. Las siete menos cinco. - perfecto.- pensé.
Bajé las escaleras tan rápido que casi me tropiezo. Estaba tan ilusionada...
El coche de Ethan estaba aparcado en frente asique corrí hacia el y me monte en el asiento del copiloto.
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El también iba muy guapo, tanto como en la primera cita. Lo malo es que yo ya no sentía lo que sentí la primera vez que quedamos. Eso me asustaba, era mucho tiempo, no quería perder todos los recuerdos, no quería mandar a la mierda todo lo vivido.
El viaje fue silencioso, como siempre. Íbamos los dos callados mirando al frente y seguramente pensando en cualquier cosa que no tenía nada que ver con el concierto.
Llegamos al aparcamiento del estadio. Los dos decidimos que yo me bajaría e iría haciendo cola mientras el buscaba un sitio donde aparcar.
La cola se hizo eterna, odio esperar colas, es tan aburrido... A la media hora llego Ethan, le había costado mucho encontrar aparcamiento.
A las ocho en punto ya estábamos dentro del estadio en primera fila, mereció la pena gastarse un poco más ya que desde aquí podría ver perfectamente al Conejo Malo. De todas formas, le pedí a Ethan que me subiese a sus hombros para poder ver mejor a mi ídolo, cosa que, a regañadientes, aceptó.
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El concierto tardo bastante en empezar. Ya el cielo se estaba oscureciendo. Al rato, la música empezó a sonar, y el apareció rodeado de una niebla muy espesa. Entre los nervios que tenía y los gritos de las demás fans que me estaban dejando sorda, me iba a dar un infarto.
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Lo siento personitas, se que lo he dejado en el momento más interesante, pero se me estaba haciendo muy largo...
Si les ha gustado ya saben, boten y comenten para más.
