Capítulo 1

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¿Y ahora dónde mierda se ha metido ese dobe? No dejaba de preguntarse Sasuke, y es que ya llevaban dos horas esperando a que el rubio llegara para poder empezar la misión. Kakashi les había dicho a Sakura y a él que se separaran para buscarlo mientras él se quedaba con el enfadado cliente al que debían escoltar a otro país.

Ahora mismo Sasuke estaba delante de la puerta del departamento de Naruto mientras le daba fuertes golpes a esta, pero nadie la abría.

- ¡Usuratonkachi! ¡Abre la puerta en menos de dos segundos o yo mismo la tiraré! - gritó irritado, pero siguió sin haber respuesta.

Totalmente molesto, Sasuke levantó su pierna derecha y la estrelló contra la puerta, haciendo que esta saliera volando y permitiéndole el acceso a la vivienda. Pero, en cuanto puso un pie dentro de esta, un abrumador olor de feromonas lo asaltó, haciendo que abriera los ojos sorprendido y se cubriera rápidamente la nariz.

Claramente era el olor de un omega en celo y no sabía de qué sería capaz si este le nublaba la mente. Además, había algo en particular con ese extremadamente dulce olor, que se le pegaba al instante en sus fosas nasales y en su paladar, intentando despertar a su alfa interior.

- ¿¡Dobe?! ¿¡Estás aquí?! - gritó pero tras dar una mirada se dio cuenta de que el sitio estaba vacío y la ventana abierta.

Frunció el ceño, para empezar, ¿por qué mierdas allí dentro olía a omega en celo? ¿acaso Naruto no era un alfa? y, en segundo lugar, ¿por qué carajos la ventana estaba abierta si no dejaba de nevar? Daba la sensación de que Naruto había salido huyendo, ¿des de cuando el rubio huía de algo?

Se acercó a la ventana para ver si le daba alguna pista, pero al acercarse a esta vio que en la cama había una mancha de sangre, al igual que en el marco de la ventana. También se dio cuenta - gracias a su particularmente buena vista - que en la calle había pequeños rastros de sangre.

Decidido y, aunque nunca lo reconocería, preocupado por su compañero de equipo, salió también por la ventana siguiendo el rastro de sangre.

Corrió por toda la ciudad apartando a la gente con empujones hasta que llegó al bosque de las afueras. Allí volvió a aparecer, aunque débil, el mismo olor que tenía el apartamento de Naruto y sin dudarlo siquiera un instante, corrió aún más rápido en la dirección que este le indicaba.

Cuando el olor se volvió excesivamente abrumador, capaz de nublar su mente en cualquier momento, se detuvo. A partir de aquel momento debía detenerse y avanzar con precaución y concentración, de lo contrarío sus instintos más primarios lo controlarían. Y por lo que empezaba a sospechar, era mejor que no lo hicieran. Mucho mejor.

Sus pies lo llevaron casi sin darse cuenta hasta un pequeño riachuelo que atravesaba el bosque. Se dio cuenta de que en la orilla habían las ropas de Naruto así que él debía estar allí cerca. Dio un salto, quedando encima de una rama para así poder analizar mejor el lugar y encontrar al rubio. Sus ojos no tardaron en localizarlo.

Estaba dentro del helado río con solo sus calzoncillos, agarrado de una roca a unos quince metro de su ropa y respirando dificultosamente. ¿Qué le pasaba? Parecía tener mala cara y tras volver a mirar su ropa se dio cuenta de que la chaqueta naranja estaba manchada de sangre.

Saltó del árbol y corrió hasta donde estaba Naruto. Por alguna extraña razón su corazón latía demasiado rápido y sentía como se encogía de solo pensar que estaba en peligro. No entendía por qué reaccionaba de esa manera por el estúpido dobe rubio.

- ¿Naruto? - llamó la atención de este cuando llegó a su lado, dándose cuenta de que el asfixiante olor que impregnaba el lugar le pertenecía a él.

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