Lo tuve que dejar...

Capítulo 1: El sobrino del librero

 5 de marzo, 1912

Hola, mi nombre es Grace y acabo de cumplir dieciséis años. Vivo con una humilde familia en el centro de Múnich en Alemania. Fui adoptada cuando tenía ocho años, dos meses después de que mis padres fallecieran en un incendio en mi país natal  Bulgaria. Hace unos años, cuando cumplí trece, tuve un sueño, el cual parecía muy real, en el que yo estaba de pie delante de un enorme y hermoso palacio y al pestañear ese precioso palacio empezaba a arder lentamente, sentía la necesidad de entrar así que lo hice, sin importarme lo que ocurriría, vi mucha gente allí dentro, su ropa se quemaba y ellos corrían de un lado a otro, hasta que llegue a una enorme puerta la cual estaba completamente intacta como si el fuego no estuviera ahí, mi intriga me empujo a entrar. Era la habitación más grande que había visto en toda mi vida, estaba llena de estanterías altísimas con millones de libros de toda clase, y al final de ellas había una silla mecedora en la que había una mujer sentada, era una mujer muy hermosa de cabello castaño, muy largo  y liso, tenia puesto un vestido azul, muy claro que pasaba sus rodillas, y unos hermosos zapatos blancos acordonados con un pequeño taconcito, en sus manos sostenía un libro cerrado. Intente acercarme a ella pero algo callo a mi lado, me giré para ver que era, pero cuando volví a mirar ella desapareció, me agache y observe lo que se había caído, era un libro, parecía que estaba quemado pero en la tapa había unas palabras escritas que apenas se leían y decían “Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.” En ese momento desperté y escribí mi sueño en una vieja libreta que encontré en ático de casa, baje a desayunar pero no le comente nada a mi familia sobre mi sueño. Supuse que la mujer de mi sueño sería mi verdadera madre, aunque hasta ahora me pregunto cómo seguiría mi sueño si es que eso pasara y ¿Por qué esa frase?, ¿Acaso significaba algo? Intenté investigar sobre ese libro, lo busque en la librería del pueblo pero, no estaba, le pregunté al librero, si lo conocía, pero dijo que no, decidí preguntarle a mi madre, desde que era pequeña lee y lo podía conocer, así que me dirigí a casa, en el jardín estaba John mi hermano pequeño, el también fue adoptado un par de años después que yo, recuerdo el día que lo trajeron, tenía apenas cinco años y era rubio, de ojos oscuros, muy oscuros, desde el momento en que lo vi supe que era muy travieso y curioso. Me acerqué a él y lo saludé, me hizo una seña para que me sentara, lo hice, estaba escribiendo en un cuaderno.

-¿Qué escribes?- Dije mirando su cuaderno

-Es mi cuaderno de sueños, escribo mi último sueño- Dijo él sin dejar de escribir

-¡Genial!- Afirmé- Y, ¿Cuál fue tu último sueño?

-Fue muy raro- Levanto la mirada- Estaba en una casa, hermosa, pero estaba solo, y aunque fuera un sueño, sentí como si yo fuera parte de eso ¿Entiendes? – Me miró lanzando una leve sonrisa.

Asentí y me levante para buscar a mi madre. Estaba en la cocina, cocinando sus famosos canelones. Sonreí y me dirigí hacia ella.

-¡Mamá! Te tengo que preguntar algo.

-Claro Grace, dime.- Levanto la cabeza rápidamente

-¿Sabes algo sobre un libro que tiene una frase en la tapa?

Dejo el cuchillo encima de la tabla lentamente y apoyo las manos en la mesa.

-¿Con una frase en la tapa? ¿Qué clase de frase?

-Dice algo como: Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.- Después de recitar la frase la mire muy atentamente esperando su respuesta

- Oh creo que se cual es, ven, subamos al ático- Dijo quitándose el delantal.

Subimos al ático, mamá se agacho en una esquina y saco una caja en la que estaba escrito “Linda” en letra cursiva, casi no se leía. La abrió y me asombre, estaba llena de libros. Se puso a buscar, y en el fondo había un libro hermoso, que estaba lleno de polvo. Lo sopló y dijo “¡Aquí está!”.