Those Missing

Desclaimer: Los personajes mostrados a continuación en siguiente One-shot o la mayoría de ellos pertenecen al gran escritor J.R.R. Tolkien. El escrito participa en el segundo concurso de @RDTMTolkien ~La Sala de Fuego~

Legolas saltó con gracia sobre un par de troncos que se interponían en su camino. Los orcos huían a través del bosque negro y él no dejaría que se salieran con la suya después de haber causado tanto daño. Los ojos azules penetrantes del elfo se centraron en un par de kilómetros más lejos, donde él sabía que empezaba el río. Anticipó que otros orcos estarían esperando a sus colegas para huir en barcas o maderos.

Legolas se giró, y con una mirada, le indico a Miriel que se apresurara. Miriel era una elfa aprendiz que aspiraba a ser guardiana del bosque algún día. Pero antes de seguir soñando con poder hacer algo así tenía que poder demostrarle a Legolas, el único hijo del rey Thranduil, que era capaz de impedir la huida de un par de orcos apestosos.

-Se dirigen al río- dijo Legolas señalando al camino que deberían seguir.

-Que cierren las puertas y cualquier otro método por donde puedan escapar- comento Miriel apenas recuperando el aliento. Legolas la miro con un poco de decepción.

-No es tan sencillo. Rodearan las puertas y seguramente hay más orcos esperándolos del otro lado- respondió Legolas, que quien sin esperar ni un segundo empezó a correr y saltar nuevamente a través del bosque un una agilidad única.

Miriel respiro hondo y siguió los rápidos pasos del elfo. Corrieron por el bosque al menos un kilómetro más mientras alertaron a los guardias de las fronteras que cuidaran el paso.

-Legolas! Pasando la frontera se acaba el reino de Thranduil. Ya no será nuestro deber ir tras los orcos- comento Miriel. Legolas torció su rostro en una mueca que demostraba su determinación por alcanzar y cazar a los orcos.

Llegando a la frontera, Legolas únicamente había logrado deshacerse de un par de ellos que se detuvieron a retomar el aliento. Entonces observo como tal como pensó, los orcos se subían a pequeñas embarcaciones que se movían a gran velocidad. Otros elfos ya también estaban disparándoles flechas en un intento por detenerlos. Miriel miro la escena con un poco de horror, pues los gritos desenfrenados de los orcos siempre le habían parecido repulsivos.

De pronto Legolas empezó nuevamente a tirar flechas y a avanzar hacia las embarcaciones sin importar el riesgo. Miriel no vio más remedio que seguirlo nuevamente. Ambos lograron subirse a la primera embarcación que aún tenía una gran cantidad de orcos abordo. Tras una corta lucha sangrienta Miriel ya se encontraba exhausta, mientras que pareciera que las habilidades del príncipe eran infinitas.

Entonces uno de los orcos, al caer de la embarcación, clavo su hacha firmemente en un extremo del navío. Legolas se detuvo un momento para encontrar que la corriente ya los había impulsado muy lejos de la frontera. Otro punto de riesgo que noto fue que se aproximaban a toda velocidad hacia una zona rocosa del río. Entonces dejo de luchar para mejor intentar de frenar la embarcación. Sin embargo, fue muy tarde y colisionaron contra unas grandes rocas. Un grave crujido rompió el fuerte sonido del río, y montones de agua empezaron a entrar por todos lados al barco.

Legolas busco con la mirada a Miriel, quien se encontraba defendiéndose como podía de un orco inmundo que sin importar la situación actual seguía atacando a la elfa.

-¡ Miriel! - grito Legolas en un intento de hacer que ella se percatara de lo sucedido. El hacha clavada por el orco hace unos minutos había formado una gran grieta a través del barco marcándolo perfectamente por la mitad. La embarcación dio otro golpe brutal contra las rocas y estas sacudieron a toda la tripulación. Miriel se sostuvo de un pedazo de madera, mientras Legolas del timón.