¿Quien no la paso? La confusión, la negación, el miedo, la tristeza, la bronca, el rechazo, la desesperanza. Vivimos en una sociedad que desde pequeños nos "heterosexualiza", o al menos se esfuerza por hacerlo.
Desde que tengo noción para mi siempre las nenas tenían novio, y los nenes tenían novia. Y si alguna vez se me escapaba preguntarle a alguna chica si tenía novia, en menos de dos segundos me corregian, "No amor, las nenas tienen novio". Desde chicos aprendemos eso, e inconscientemente creemos que podemos y debemos amar a una persona del sexo opuesto.
¿Y que pasa si alguna vez alguien del mismo sexo despierta algo en vos? Me paso. A los 17 años ya había tenido novio, pero conocí a una chica, llamemosla Minerva (me encanta ese nombre). Rubia, flaca, y los ojos oscuros más lindos que vi en mi vida. Nos hicimos amigas al instante, la amistad más pura que había tenido hasta entonces. Podíamos pasar horas hablando de boberias, de chicos, y tonterías que hablamos todas las chicas supongo. Un día me quede a dormir en su casa a la salida del boliche, y con unas cuantas copas de más comenzamos a sincerizarnos, y pasó... Un beso tan fugaz como los segundos que tardamos en separarnos.
Pase días dándole vueltas al asunto, y no lo entendía. Llegué a sufrir ataques de pánico por pensar en las cosas "poco normales" que estaba sintiendo. Me gustaba una chica, quería a una chica, y eso "estaba mal".
Llegué a pensar que nuestra amistad era tan fuerte, que confundí las cosas, y fue entonces cuando Minerva me dijo que le pasaban cosas conmigo. Esta historia no tiene un buen final, salí corriendo de la situación, no pude mirarla a los ojos nunca más, y lloré por extrañarla, y sufrí por no poder charlar con ella, y mis ataques de pánico aumentaron cada vez que necesite abrazarla y decirle cuanta falta me hacía. No era amistad, no era aprecio, era amor. Y hoy lo veo, 5 años después.
Siempre fui así, corría de las situaciones que me sacaban de eje. Me costó mucho llegar a aceptar que me gustaban los chicos, pero también me gustaban las chicas. No tuve ayuda, no me animaba a confiar en nadie. Sufrí en soledad, pase por etapas de pánico, de anorexia nerviosa, y tuve un estrés que casi me llevo a la locura... Y me acepté, y comencé a quererme y comprenderme después de varios años. Y entendí que las personas que me querían de verdad no me juzgarian. Si, no es fácil, para nadie.
Las constricciones sociales hacen que creamos que lo que estamos sintiendo está mal, nos vienen con una moral totalmente inventada, falsa, y cruel, que nos hace callar por miedo; miedo a la presión, miedo al rechazo, e inclusive miedo a provocar asco en las personas a quienes queremos. Porque aunque no nos guste, o nos neguemos a aceptar, nos importa la opinión del ojo ajeno. Fuimos construidos de esa forma, nos moldearon de esa forma.
Hoy decidí decir basta, y jugarmela. Amar, porque el amor es la fuerza que nos hace seguir... Nos mueve, nos guste o no. Y fui rechazada, fui incomprendida, y perdí mucho. Pero gané aún más. Perdí cosas o personas que en su momento me parecían importantes, pero gane cosas y personas que de verdad son importantes. Y hoy lo veo.
La homofobia existe, porque el ser humano existe; y lo extraño, lo desconocido, lo que no llegamos a comprender... Asusta. Y lo entiendo. Pero hablemos de AMOR. ¿Acaso jamás amaste tanto a alguien que sentiste que tu vida no seguiría sin esa persona? ¿Jamás sentiste que podrías pasar tu vida mirando los mismos ojos, besando los mismos labios, y despertando junto a la misma persona todos los días de tu vida? Si la respuesta es no, solo tengo que decir lo siento, ya llegará. Pero si la respuesta es si, lo único que tengo que decirte es que te enamoraste de verdad, que el amor te golpeó tan fuerte que te dejó en la lona. Porque eso es el amor, te deja en la lona, pero te da sus dos manos para levantarte, y te agarra lo más fuerte posible para darte estabilidad, e intenta no dejarte caer jamás. Eso amigo mío es el amor.
Cuando hablamos de amor, nadie habla de géneros, porque no hay relación alguna. Amas a lo que hay en una persona, amas lo que te hace sentir esa persona, y amas darlo todo por esa persona; no amas el envase de esa persona. Ahí está el secreto.
Como sociedad, avanzamos un montón debo decirlo, pero nos falta aún más, es una lucha constante, aunque no debería serlo. El amor cambia, transforma, mejora... Y por eso tengo esperanza.
Enseñemos a la nueva generación a amar, pero amar de verdad, sin tabúes. Enseñemosle que pueden amar con libertad, sin presiones, sin miedo, y sobre todo sin restricciones. Porque amor es amor, y se que es lo más trillado del mundo, pero es así. Les juro que ese es el gran secreto.