Después de que Ericka perdiera su memoria por culpa de un beso robado de parte de Nevra, ella recurre a Leiftan.
Donde finalmente se entera del oscuro pasado de Leiftan, con la llegada de Daegon a sus vidas las cosas se han complicado.
¿Será que Le...
-No y No Vladimir. Me niego!- Grito un joven hombre lobo peliblanco
-Yarumí solo ira como mi vidente...-
-Entonces iré yo también!- Aquel joven insistió y golpeo la mesa
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-Hiro, nadie se acercará a tu prometida. Lo prometo-Vladimir se sentó en su silla -Te necesitó aquí, eres mi hombre de confianza, tu eres quien cuida todos mis tesoros y Maná.-
-Insisto, si algo pasa yo me haré responsable!- Comento el joven mirándolo casi suplicando
-Bien, de acuerdo. Pero si falta algo...aunque sea una moneda de oro, te cortaré las manos...- Vladimir lo fulminó con la mirada
-Lo prometo, además. Seré tus segundos ojos, cuidaré de tus espaldas...-Sonrió
-Bien, Hiro- Sonrió Vladimir de igual forma -Solo quiero traer a mi amado Loraliet de vuelta-
-¿Quien es?- Se preguntó confundido mirándolo -Se extinguieron hace años..-
-Queda uno...- Sonrió -Créeme. Es la cosa más bella que has visto.-
-Si fuese rubio..- Sonrió pensando Hiro
-Oh, pero claro que es rubio.- Sonrió mirando a la ventana -Tiene los ojos más intensos del mundo...-
-Me imagino... Ojalá me lo preste un rato.- Sonrió de lado
-Oh no, me temo que en eso no te complaceré- Rio
-Lastima, siempre es bueno intentar nuevas cosas...- El sonrió poniendo su mentón en su mano
-Partiremos en la mañana...- Vladimir ordenó - Mejor ve a descansar...-
-Lo haré, hasta mañana.- Hizo una reverencia y se marcho
Hiro camino por la lúgubre mansión cuando vio a Yarumí jugando con un par de niños y su familiar
-Yaru-Yaru!- Dijo un niño y señalo a Hiro -Es el señor hiro...-
-Vayan mejor a casa...- Ella susurró, los niños hicieron caso inmediato
-¿Tanto deseas hijos querida?- Sonrió
Yarumí se mantuvo callada, ella nunca vio a Hiro como su pareja, si la comprometieron con este fue por que el estaba muy obsesionado con ella desde que llego a la isla.
Ella estaba enamorada de alguien, si. Estaba enamorada de alguien que no conocía, solo en sus visiones. Pero no tenía muy claro su rostro.
Solo sabia que era alguien apuesto, unos ojos verdes color aqua que la miraban fijamente, solía verlo en sus visiones como alguien que la protegía pero al mismo tiempo la hacía sonreír. Es curioso, enamorarse de alguien que ni siquiera conoces.
-Tierra a Yarumí.- Golpeo su hombro Hiro -Escúchame cuando te hablo.-
