Pétalos caídos

Mal día

Hoy es, probablemente, uno de los peores días de mi vida.

Gracias por no dejarme vivir, supongo que es tu propia venganza retorcida. No me gusta sentir odio por ti, precisamente porque estoy acostumbrada al amor, pero me lo estás poniendo demasiado fácil.

Ahora no puedo pensar y no puedo hacer absolutamente nada. Tampoco puedo dejarte, ni dejarte tirado, porque tristemente me tanto tan poco amor propio que no puedo imaginarme las consecuencias de una vida sin ti.

Y ahorita mismo pienso que el amor no existe. O, mejor dicho, no quiero que exista, o no creo que lo haga. Si en este instante alguien me preguntara qué tal se siente estar casado, respondería que es una mierda.

Te cuento que me siento completamente impotente porque ni siquiera soy capaz de tener amigos con los que hablar, porque cada vez que discutimos me termino quedando sola, porque tú eres la única persona que tengo para conversar.

Y cuando no estás tú, estoy sola. Últimamente me he sentido demasiado sola.

Y por supuesto, encima hago todo por ti, es obvio, no? Porque claro, como me dijiste que te hice quedar mal con todos tus compañeritos de trabajo, a pesar de que lo único que quería hacer era largarme para que no tuvieras que verme la puta cara, me vino uno a preguntar que por qué estaba "bitchin' out" y le tuve que decir que era porque era una mujer histérica con el período y por eso estaba tan malditamente loca.

PMS, of course.

Eso fue lo que me dijo.

Pero que bonito que encima de todo haya tenido que llegar a degradarme de esa manera. Ya ni siquiera me doy asco, no siento nada respecto a mí misma.

Quiero que sepas que me dolió muchísimo que me lo sacaras a él en cara, y que sé que lo sabes porque cuando yo te hice lo mismo con ella reaccionaste incluso peor. Y me dolió porque me dijiste que estaba perfectamente bien, y ya sé que es mentira. Ya sé que me ves como un maldita bruja también por eso.

Es increíble pensar que estaba bien, recuperándome, olvidando todo por un momento. Y ya no. Te vi y se me cayó la vida al piso. Ese pequeño destello de felicidad que supuestamente tenía fue una vil mentira.

Y ahora? Ahora estoy vacía, de nuevo. Sonrío, pero ya no soy yo quien lo hace.