La venganza

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E: ¿Y ahora que hacemos?
S: Yo comeré algo- dije mientras me dirigía a la cocina. A lo lejos escuché a Emiliano decir que también iba a comer algo y empecé a comer un paquete de galletas que encontré.
E: Hola Sophie- me saludó mientras agarraba una manzana.- Oye...
S: ¿Qué pasó?
E: ¿ Qué fue lo que pasó con Yael?
S: ¿Y a ti que te importa?- Respondí a la defensiva.
E: Lo siento... si no quieres hablar de eso está bien.- Suspiré.
S: Lo siento... simplemente que... ¡No he tenido un buen día y él... AGH!
E: Esta bien, tranquila... sólo no le hagas caso a sus tonterías.- me respondió con calma mientras buscaba comida en el refrigerador.
S: Ok...- dije poco convencida.
E: ¡¿Qué no hay comida aquí?!
S: ¿Tú tampoco desayunaste?
E: Si desayuné, pero desayune a las diez y ya me dio hambre de nuevo.
S: ¡Pero si apenas son las once!
E: Bueno... ¿vas a ayudarme a buscar comida o a criticarme?- rodé los ojos.
S: ¿Qué quieres comer?
E: No sé... pero estoy seguro que no quiero a esas mendigas galletas que están en la alacena.- no pude evitar reír ante su comentario.
S: Bueno, ¿qué tal si te hago algo de comer?
E: ¡Si!- gritó Emi como niño chiquito.
S: Está bien- respondí ríendo.

Le hice de desayunar dos huevos estrellados... lo sé, son muy sencillos pero me estuvo presionando y fue lo más rápido que se me ocurrió.
Emi estaba comiendose sus huevos cuando Yael entró a la casa con Paula detrás de él, Yael se atacaba de la risa y Paula estaba... ¡Mojada! Parecía un poco enojada pero también se reía.
E: ¿Qué traen esos dos?- preguntó curioso y preocupado.
S: No... lo sé- respondí confundida, miré hacía donde está Emi y vi su plato vacío- ¡¿Ya te los acabaste?!
E: ¡Te dije que tenía hambre!- se excusó. ¿Cómo es que come como muerto de hambre y no engorda? Digo... sólo tardó 8 minutos en comerse 2 huevos. Cada vez me impresiona más.

NARRA PAULA:
Después de que Sophie y Emi se fueran a la cocina Nathan e Ivanna se fueron al patio y yo y Jelly nos sentamos con los pies en la alberca... Yael no sé donde esté, simplemente desapareció.
J: ¿Entonces cantaste Corre en la audición?
P: Si, ¿Tú cuál cantaste?
J: Yo canté Chandelier de Sia
P: ¿En serio? ¡Me encanta esa canción! Debes de cantar muy bien para...- no pude terminar la frase por que sentí como alguien me empujó a la alberca y al instante supé quien era.

¿Quien más iba a ser? Por supuesto que era el señor Fernández.
Sinceramente pensé que no se iba a vengar... o mínimo que se iba a vengar de la misma forma: asustandome. Así que me aventará me tomó por sorpresa.

Salí lo más rápido que pude de la alberca y el se echó a correr.
¡Ahh! HACE MUCHO FRÍO.
Me hubiera gustado agarrar una toalla pero no pude: tengo que hacerlo pagar por esto. Lo perseguí por toda la casa y confieso que a pesar de que me moría de frío no pude aguantar la risa, lo seguí hasta que llegamos a uno de los cuartos vacíos.

P: Te atrapé, ya no tienes escapatoria.
Y: ¿Eso crees tú?- preguntó en tono burlón, me distraje gracias a su pregunta y de nuevo empezó a correr.
¡Rayos Paula! Concentrate.
Y de nuevo lo perseguí, lo único bueno es que está vez salió al patio, me escondí y como pensó que lo perdí dejó de correr, aproveché el momento y me lancé sobre él y caímos los dos en la alberca...

???: Chicos ya llegó... ¡¿Paula estas bien?!- preguntó  Emiliano preocupado al vernos.
???: ¡¿Qué creen que hacen niños?!






Amor InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora