The Red Car (ChanBaek/BaekYeol)

Parte Dos - Final

Chanyeol despertó de un sueño maravilloso, uno en el que Baekhyun lo besaba a la orilla del mar. Había sido tan real, tanto, que le jodía despertarse y perder la sensación de los labios del mayor sobre los suyos, el calor de su cuerpo junto al suyo, sus manos acariciando su cuello. Abrió los ojos reticente, la luz colándose entre las rendijas de la cortina y se incorporó. Acababa de poner los pies en el suelo cuando la sintió.

Arena.

Había arena de playa bajo sus pies. Rápidamente, descorrió las cortinas y vio que el suelo tenía restos de arena y que sus zapatillas estaban llenas en las rendijas de ésta. De repente, todo cobró sentido, los recuerdos volviendo a su mente. No había sido un sueño, había besado a Baekhyun de verdad.

Una sonrisa se instaló en su cara, incapaz de suprimirla por el pensamiento que inundaba su mente. Había besado a Baekhyun de verdad y, como si le hubieran dado a un botón, los recuerdos comenzaron a repetirse de nuevo en su mente.

Si es completamente sincero, le había resultado todo un shock saber que aquel chico amable de sonrisa bonita que lo había ayudado en la carretera era Baekhyun. Joder, quizá estaba tan centrado en llegar allí para comenzar a buscarlo que no se le pasó por la cabeza que pudiera encontrarlo por el camino, por eso ni siquiera pensó que aquel chico bonito y atractivo pudiera ser Baekhyun.

Pero la realidad era ésa y, demonios, no podía decir que no le gustara. No sólo hablaba de físicamente, que estaba claro que Baekhyun había crecido para convertirse en un hombre atractivo que sería capaz de hacerlo temblar con tan sólo una sonrisa. No, no sólo era eso. Baekhyun seguía siendo aquel chico divertido con el que Chanyeol podía jugar horas y horas sin aburrirse, con el que se podía hablar de todo y con el que se sentía auténtico. Era todo lo que Chanyeol recordaba, y mucho más.

Por eso también aceptó irse con él tras la cena, la verdad era que se moría por estar con él a solas. De hecho, estuvo tentado de cogerlo de la mano varias veces, pero se contentó con tomarlo por la muñeca, recibiendo de vuelta aquella cálida sonrisa que hacía que su corazón le latiera rápidamente. Era como la primera vez que se dio cuenta de que le gustaba Baekhyun, su primer y único amor de verano.

Quizá por eso sintió la necesidad de comprar las pulseras. No era que realmente quisiera una, Chanyeol no era persona de accesorios aparte de su reloj, pero sintió el deseo y la necesidad de marcarlo de alguna manera, de hacer saber que ahora que había vuelto a tener al mayor ese verano, no iba a dejar que estuviera con nadie más. La estrella fue adecuada, Baekhyun era como la luz titilante y reconfortante de los astros, brillaba por sí mismo y era precioso.

El paseo hasta la orilla fue improvisado, igual que su declaración. Pero no significaba que fuera menos sincera, Chanyeol seguía enamorado de Baekhyun, y esas horas juntas habían reforzado el sentimiento, renovando el recuerdo y el amor del viejo Baekhyun por el nuevo.

No sabe quién fue el primero que se inclinó, pero sabe que sus labios se encontraron a medio camino y que estaba tan eufórico que podría haber gritado de felicidad porque estaba besando a Baekhyun y éste le devolvía el beso. Un beso que empezó de forma inocente pero que aumentó de intensidad y ritmo, acabando él tirado en la arena con las manos en las caderas de Baekhyun, quien estaba encima besándolo como si hubiera esperado años por eso, y así era, joder. Estaba empezando a excitarse mucho, pero no quería acabar haciéndolo en la arena con él, quería que en cierto modo fuera especial si acababan en eso, y no un calentón de una noche de verano.

— Baekhyun —había susurrado su nombre, mirándolo con los ojos entrecerrados cargados de emociones—, yo... aquí no creo que...

A pesar de sus frases inconexas, Baekhyun lo comprendió. Le sonrió y le dio un beso corto, susurrando un está bien antes de separarse y deslizarse del regazo del alto. Volvieron a casa de la mano, con los dedos entrelazados y prometiendo verse al día siguiente a las once en la piscina. Se despidieron con otro beso frente al apartamento de Chanyeol, el que estaba primero en la fila, y se sonrieron mientras se daban las buenas noches antes de entrar a sus respectivos apartamentos.