Chapter 3.-

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-          Chicas, no entiendo porque tomaron ese empleo…

-          Yo tampoco – susurro Nora.

-          Pagan muy bien, y además nos dan un cuarto propio, es una casa grande y vive gente muy rica… - respondí intentando que ella me apoyara.

-          Por eso mismo, gente rica y sobradora, egoísta, también engreída y muchas veces abusiva – Nadith no se encontraba de acuerdo, pero el contrato ya estaba firmado y no se podía cambiar de opinión.

-          No, presiento que nos ira bien – mire cómplice a mi amiga y ella frunció el ceño, tomamos las maletas y las metimos en el escarabajo convertible de Nadith.

-          Está bien niñas… nos vamos, Zoe, dime la dirección – dijo animadamente mi tía.

-          Es en un área verde, alejado no por mucho de la ciudad, dice Campos Troyana.

-          Ahí vamos – acelero y nos perdimos en la carretera.

                                                        ♥

-          ¿me debo despedir? – dijo Nadith un poco triste – debes entender que no es fácil para mi recuperarte después de tanto tiempo y tener que acceder a dejarte aquí sola.

La abrace – no es para tanto, y prometo llamarte siempre que pueda.

-          Te quiero Zoe, y a ti también Nora, vengan a visitarme en sus días libres, solo así las dejare en paz.

-          Lo haremos – dijo Nora.

-          Me parece – se despidió con un gesto de cariño y subió al auto, se marchó.

Mire a mi amiga, juntas respiramos profundamente, estábamos nerviosas, ya que esta era la primera experiencia seria de trabajo… habíamos trabajado antes, claro, yo en un establo del club de equitación, cuidando y supervisando a los caballos, y ella en un restaurante de comida coreana, como mesera. Pero nada tan importante como esto.

Tocamos el timbre y esperamos dos minutos a que nos abrieran.

-          Ustedes deben ser las sirvientas, o… es decir las niñeras también – dijo una anciana al momento de abrir la puerta.

-          Si… - conteste extrañada, pero ¿”niñeras”? “que va… que venga lo que venga”. Nora me miro y nos pusimos de acuerdo para seguir la corriente.

-          Pasen chicas, hoy se nos unen – la anciana con mejillas coloradas y cara agraciada también era empleada de la mansión – la familia Casey estará encantada con ustedes – sonrió, y nos enseñó la casa.

El nombre de la mujer era Nancy, su acogedora personalidad me hacía sentir cómoda y en familia. Vimos cada una de las partes de la propiedad, era muy grande sin duda… su costo estaba evaluado por al menos unos once millones de dólares, y eso que el precio de la moneda estaba baja. La familia que la habitaba era rica por pertenecer a la sociedad desde el siglo diecisiete, una familia de gobernantes, presidentes, prefectos, alcaldes… con antepasados honorables y gente de altura. Consistían en cinco hijos, todos hombres, según Nancy , el mayor de veinticuatro, el siguiente de veinte, el otro de dieciocho, el penúltimo de diecisiete y el más pequeño de diez.

-          Son muchachos encantadores y buenos mozos – nos contaba Nancy desde los viñedos – Joel es excelente, humilde, sencillo y bueno, es como mi hijo y yo como su madre… duele ya no tenerlo en casa, pero soy feliz, su esposa es bella – los ojos se le iluminaban al hablar del muchacho – Franches, es gracioso… amable y dulce, no entiendo cómo es que aún no ha conseguido alguien de quien enamorarse, mis muchachos son guapos – fue ahí donde entendí, ella era su nana, al ser una familia tan conocida y tan atareada su madre seguramente no supo disponer del tiempo suficiente con sus hijos… pero ahí donde no estuvo ella, estuvo Nancy – Nicholas es especial, es joven… y se equivoca mucho – miro al suelo, con un poco de desilusión – es un buen muchacho, ha viajado demasiado últimamente, creo que eso le hará bien, creo que al fin comprenderá que las cosas no son como el las imagina – susurro, como para ella – Kyle, aunque está enfermo, es un trago de vida…  el hombre más perfecto que conocí, lo vi crecer, y también lo vi sobrevivir, para mi… él es fuerte e ingenioso, sé que pronto estará bien y hará todo lo que soñó con ser – y Tomas… astuto y divertido, un pequeño diablillo, como todo niño, el chocolate más dulce y empalagoso de todos.

                                                  ♥

-          Bonitas habitaciones, verdad… - dijo Nora cuando nos encontramos en el corredor. Nuestros cuartos eran alejados de la casa principal, separados por al menos mil metros de jardines, cada una tenía un pequeño chalet y era agradable.

-          ¿Qué enfermedad tendrá ese tal Kyle? – me pregunto ella a modo de iniciar una conversación.

-          Lo cierto… es que ni lo sospecho – conteste algo distraída.

Ahora no había nadie en la casa, los miembros de la familia estaban de viaje, el padre, al ser político en Washington, una junta en la casa blanca. La madre en Miami promocionando su nueva línea de ropa. El hijo mayor que ya no vivía ahí, vive en Moscú con su esposa. El que le sigue, en unos arreglos con su empresa que quedaba en San Francisco. Nicholas, de viaje por placer en Francia. Kyle, en una visita a médicos especialistas en España, tratamientos nuevos, y el niño de la familia… en un campamento con los Scouts. Son muchas las cosas que uno se puede enterar hablando unas pocas horas con Nancy, con Bob el chofer, con Alex el jardinero, con Andy la cocinera… con Lola, otra de las empleadas, si… éramos muchos en la casa.  

Zoé... ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora