Prologo

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Sus ojos eran azules. Eso fue lo primero que note cuando le vi. Bueno no es del todo cierto. Lo primero en lo que me fije fue en como rompía la bolsa de la compra que llevaba una chica, provocando que su contenido se desparramara en el suelo del metro, de forma que sus labio se separaron de los de su novio

Con un gesto de frustración ambos se agacharon a recoger todo mientras que el muchacho se reía descaradamente. Y nadie le dijo nada ¿Acaso ninguna persona del tren le había visto ajar la bolsa?. Pero el no paro ahí. Se paso una mano por el pelo rubio revolviendo se lo y luego camino hacia un señor mayor que estaba leyendo el periódico, dando un manotazo le tiro las hojas las cuales salieron volando por todo el vagón. Y de nuevo nadie le dijo nada, como si no lo vieran

Anonadada y algo frustrada, ya no lo pude dejar pasa. Cruzando mis brazos sobre mi pecho, mire seriamente y, con el tono de voz mas firme que pude, le dije:

  -¿Es que no vas a disculparte?

Pero el muy mal educado no me miro.Siquiera se inmuto por mi vos, ignorándome por completo, lo que me llevo a repetir.

- ¿No me has oído? Pide disculpas

El señor del periódico me miro desde el suelo con el ceño fruncido. Y entonce me percate de que todos el vagón tenia sus ojos plantados en mi. Pero, ¿por que me miraban a mi? ¿por que no al chico, causante de todo?

Y mis ojos coincidieron con los del chico

Eran tan azules que no podían se reales. Tuve que parpadear para no perder la concentración. Alce las cejas en su dirección incitando le a responder. Entonces incoherentemente realizo una pregunta.

- ¿puedes verme?

- ¡Pues claro que puedo verte!- Le grite - ¿Por que no iba a hacerlo?

Sus ojos de entre cerraron, como si estuviera muy concentrado buscando alguna explicación razonable sobre mi respuesta. Pero ¿que mosca le había picado? Tenia que estar fumado, o borracho o drogado. De seguro algo por el estilo.

- Niña ¿con quien hablas? - Pregunto una mujer mayor a mi lado.

Fruncí el ceño. ¿no lo veían? ¡con el condenado sexy chico que había aquí en frente! Entonces me di cuenta ¡ellos no lo veían! La gente a mi alrededor estaba murmurando por lo bajo, señalándome o incluso tratándome en vano de ignorarme. ¿Que demonios pasaba? ¿Era un complot? ¿podría tratarse esto de alguna clase de broma de mi amiga sarah?¡las cámaras, salir que los e descubierto!


- Ellos no pueden verme - hablo de nuevo el rubio sexy de mirada aturdidora - ¿por que tu puedes verme?

Abrí la boca, queriendo hablar pero me mordí la lengua. No había nada que pudiera decir. Aquello era extraño. Y si era una broma a cámara oculta no iba a caer. Las puertas del metro se abrieron llegando a mi parada, así que agarre mi bolso colgando me lo en el hombre y salí del vagón. Lo que sea que estuviese pasando allí dentro, no tenia ganas de descubrirlo.

Pero el me siguió

Camine fuera hacia la calle. Estaba lloviendo y los edificios grises se cernían mas altos que nunca, encerrándome sin salida en la ciudad. El me seguía muy de cerca, lo notaba por el rabillo del ojo, podía verlo con la lirada clavada en mi y eso me estaba poniendo cada vez mas nerviosa. Cuando llegue al portal acabe por frenarme en seco y encarar le

- ¿por que me estas siguiendo? - exigí, apuntándole con el dedo indice

Sus ojos azules se en contaron de nuevo con los míos oscuros. Su mirada era seria ¿De verdad era el mismo chico payaso que estaba molestando a todas el el metro?

- Puedes verme - musito como si ello fuera algo increíble

- ¡pues claro que puedo verte! - me exaspere, poniendo los ojos en blanco - no soy ciega ¿sabes?

La gente comenzó a pararse a mi alrededor y a mirarme con mala cara ¿que ocurre? ¿nunca vieron una niña gritar?

- Te miran por que piensan que estas loca, por que ellos no pueden verme - me explico como si fuera algo obvio - De echo, tu no me tendrías que estar viendo...

- Estas demente - Le espete pero baje la voz - adiós

- ¡Espera!

De pronto se habia movido hasta quedar apoyado contra la puerta inpidiendo me abrir. Un olor dulzon pero varinil me invadio, proveniente de su sercania . Un aroma pero potente, agradable e imposible de describir. Trate de tirar de la puerte pero no pude, el era muy fuerte

- Déjame en paz, quítate de la puerta - le pedí pero no me hizo caso

- Tengo que hablar contigo, ¿quien eres?

- Eso lo tendría que preguntar yo ¡eres un loco que no me deja entrar en casa y que finge que los demás no le pueden ver!

Es chico se paso una mano por el pelo revolviendo se lo, de nuevo. Ni siquiera estaba haciendo fuerza, solo estaba apoyado en la puerta, pero yo no la podía abrir ¿Por que no podía abrir la maldita puerta?

- ¿Necesitas ayuda, nena?

Me gire hacia un hombre mayor, de unos sesenta años, con un paraguas verde botella realmente horrible. Miraba mi mano en el pomo tratando de girarlo para entrar, ofreciendo me ayuda

- No, gracias. No se preocupe - le sonreí y luego apunte con el dedo indice al sexy pero estúpido chico que estaba apoyado en la puerta - en cuanto el se quite podre entrar

El hombre torció el gesto, confundido

- ¿Quien?

- Cuando se quite el, este chico - insiste señalando de nuevo al rubio quien me miraba con las cejas aladas

Entonces el señor frunció el ceño y murmuro algo como 'Borrachos a estas horas, estos jóvenes de hoy en día...' siguió su camino por la calle. La verdad golpeo en mi cara fuertemente: No le veía. Nadie le veía ¡Aquel chico era realmente invisible! Pero entonces ¿Por que yo le podía ver?

Alex, el chico invisible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora