Caminaba por los pasillos de mi trabajo con un vestido que me llegaba por debajo del culo, se me calló la carpeta que llevaba debajo del sobaco y el café que llevaba en la mano.
El café se derrumbó en mi vestido en la parte de las tetas y la carpeta se calló y se deslizó hasta llegar a los pies de uno de los empleados. Este me miro con ojos ricos y se abalzo sobre mi.
Me quitó las bragas y comenzó a meterme dedos. Todos miraban la escena mientras que se tocaban o grababan tomándose.
Me giro y comenzó a darme azotes en el culo.
-Chica mala, eres una chica mala. No seas tan patosa. - saque un gemido que hizo que mi compañera de trabajo soltarse otro y se metiera otro dedo en su coño.
El empleado se bajo los pantalón y empezó a frotar su piña con mi coño luego lo introdujo dentro mientras me agarraba de las tetas y me gritaba.
-La próxima vez serás despedida, aquí tienes tu castigo. - Todos los empleados hombres se fueron acercando a mi e introdujeron sus piñas en todos los agujeros que veían disponibles en mi cuerpo, hacían fila para darme un castigo.
Uno me Agarro tan fuerte del culo que me lo dejó rojo y otro me metió el pene hasta la garganta.
