Our future-1827

¿Un beso?

Hii 

actualización de este minific

lean las notas finales please! 

:)

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Era conocido por él y todo aquel que conociera al pelinegro que este odiaba las multitudes. Le fue lógico suponer que por más que la invitación hubiese llegado a sus manos, no había carne, licor, dinero ni nada por el estilo que pudiese utilizar parta convencerlo de acompañarlos.

Fue, sin duda, una de las cosas más difíciles que le tocó hacer.

Flash Back

El solo hecho de hablarle ya lo ponía nervioso, y sumándole el hecho que tenía que pedirle que estuviera rodeado de herbívoros molestos y ruidosos sin hacer nada que no fuese disfrutar de una animada fiesta, hacía que temblase de solo imaginarlo.

El castaño se dirigió al hogar de Hibari, una gran casa al estilo japonés algo apartada de la mansión. Nunca había tenido el atrevimiento de ir a ese lugar hasta ese momento y eso lo puso muy ansioso. Antes de tocar la puerta de la entrada una persona de cabello negro y extraño peinado salió de esta. Esbozó una sonrisa y se apresuró a saludar.

-Kusakabe

-Sawada-san- el pelinegro hizo una reverencia- es muy extraño verlo por aquí, ¿sucedió algo?

-Te dije que no me hables de usted, Kusakabe, en la escuela solías llamarme sin ningún honorífico

-Eso fue al principio y me disculpo, usted es el jefe de Vóngola y yo no puedo...

-Está bien- Tsuna lo interrumpió- te entiendo, eres como Gokudera-kun

-No soy tsundere

Los dos se miraron y comenzaron a reír amigablemente. El castaño podía intuir que si su guardián de la tormenta hubiese escuchado lo dicho por Tetsuya, le habría lanzado bombas sin dudarlo.

-¿Con quién hablas?

Una voz sumamente conocida por ambos hizo que detuvieran su risa y se mirasen por un momento

-Kyo-san

-Tsunayoshi

Hibari lo miró fijamente por unos segundos y Tsuna trató de retener todo el valor que había juntado antes de decidir ir hacia ese lugar, ya no había vuelta atrás, no podía arrepentirse.

-Me retiraré, debo hacer un encargo, hasta luego Sawada-san, Kyo-san- Kusakabe hizo una reverencia y se retiró del lugar dejando solos a los otros dos

Desde hace mucho tiempo Kusakabe se había dado cuenta la forma en la que su jefe miraba al castaño. Al principio pensó que solo eran imaginaciones suyas, porque vamos, ¿Hibari Kyoya enamorado? Nadie se creería algo así, pero luego de observarlo detenidamente pudo descifrar los pequeños cambios que había en sus facciones cada que lo veía o le informaba algo acerca del décimo Vóngola. Era seguro que su jefe no se había percatado de ello, o al menos lo disimulaba muy bien, era Hibari después de todo.

Por otro lado estaba Sawada-san, un carnívoro en piel de herbívoro como muchas veces le había oído decir a su jefe con una sonrisa ladina en el rostro.