Agosto 21 del 43, Gdynia, Polonia.

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Esta mañana me levantó el grito de victoria mas afeminado que he escuchado en mi vida.

-¡FUNCIONÓ!¡FUNCIONÓ!¡SEÑOR ADLER VENGA A VER ESTO!

-¿Que te pasa imbécil, no ves que estoy durmiendo?

El muchacho salió al encuentro de Adler y le dijo:

-Señor, tiene que ver esto, el hombre está vivo y pide explicaciones.

-Iré a llamar al superior al mando -Dijo dirigiéndose a mi tienda-.

Cuando llego, me explicó por qué esa vil y aguda voz había perturbado mi sueño, y de inmediato nos dirigimos a la tienda de investigación de los hombres de ciencia.

-Quienes son ustedes -Pregunto el hombre un poco alterado-.

-Mi nombre es Kirsten Schnitzler superior al mando de la división cincuenta del ejercito Alemán

-Y yo soy Adler Scheck científico Alemán e inventor del SCHCK-12, el suero que te inyectamos el día de ayer y usted señor, es nuestro sujeto de prueba numero doce.

-¿Doce? -El hombre se alarmó de inmediato, sabía lo que había pasado a los otros once-.

-Si señor -respondió Adler-.

-Osea que existe una remota posibilidad de que siga viviendo para mañana.

-O no, no señor, todos salieron vivos solo que ahora no sabemos exactamente donde viven, y como deberías saber -añadió Adler- el suero vuelve a las personas un poco efectivas en el ámbito de la lucha y tienden a matar a nuestros soldados, este suero tiene como novedad la "domesticación" de nuestros especímenes.

Mientras salíamos escuchaba al hombre y a sus protestas <<Suéltenme>> o <<¡¡¡¿¿¿QUE ME VA A PASAR???!!!>> al fin y al cabo después de un rato se callo y pudimos continuar con nuestros asuntos y descansar en la noche.



SCHCK-12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora