XXIV

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Estando aquí, frente a tu tumba, no puedo evitar sentirme mal por tener tantos recuerdos malos de ti; pero sabes que, aunque nunca tomaste decisiones acertadas, te amo demasiado.

Tal vez no llegue a comprender en realidad cómo te sentías, y te pido perdón si no fui la mejor madre, o no te apoyé tanto como lo necesitabas. Pero sabes que lo intenté.

Y espero que algún día, Dios, Lucifer, o lo que sea que nos recibe luego de que nuestra luz se apaga, me permita volver a verte. No quiero ver una cara pálida, con ojos rojos y mejillas húmedas, como la que estaba acostumbrándome a ver, sino una hermosa, de ojos y sonrisa brillantes, como me gusta recordarte.

Te amo, donde quiera que estés.

Fin

Lienzo manchado #FranBaraAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora