El egoísmo del Dragón

Empece a escuchar el canto de los pájaros que estaban afuera y a sentir en mi rostro los primeros rayos de sol que se filtraban entre el balcón. Había descansado por fin después de muchos dias de insomnio y desmayos e inconciencias producto del sumergir mis penas en alcohol, desperte algo desorientado cuando la realidad me golpeó, como podría estar tan tranquilo si había perdido a la mujer que mas he amado en mi vida, Hermione se había casado con el idiota de Potter ayer por la noche. Me empezaba a lamentar de mi situación cuando las puertas del balcón se abrieron entrar a la mujer mas hermosa. Ella estaba en mi habitación con su vestido blanco desarreglado, a punto de caerse al estar completamente desabrochado, dejando su espalada descubierta. Asi fue como todos los recuerdos llegaron a mi

Flashback

Estaba en la sala de mi departamento lamentando mi vida. La mujer que amo estaba apunto de casarse con el famoso salvador del mundo mágico. Yo siempre supe del amor que Potter le profesaba a Hermione, todos decían que ellos terminarían juntos, todo por el estupido parecido que tenia ella con su madre, en todo se parecia

Ambas eran las brujas mas brillantes de su generación, ambas brujas hijas de muggles, ambas prefectas, ambas premios anuales, ambas hermosas e inteligentes, solo una diferencia, el físico no era el mismo.

Había oído a la pequeña comadreja Weasley hablar sobre "La maldición Potter", una tarde mientras charlaba con sus compañeras mencionó que los Potter se enamoraban perdidamente de pelirrojas bellas, inteligentes y sobresalientes, ellos profesaban amor únicamente a una chica durante su estancia en el colegio y a ellas eran a las que estaban destinadas a llevar al altar, ella alardeaba de ser la destinada a ser la Pelirroja que Harry Potter llevaría al altar, todo ello por ser pocas pelirrojas en Hogwarts y ser ella la mas cercana a él. En que grave error se encontraba ya que para mi desgracia Harry Potter decidió romper con esa maldición profesando desde temprana edad él amor que sentía por mione, mi hermosa e inteligente castaña.

Ahí estaba recordando el inicio de nuestra relación, al igual que Potter yo caí bajo los encantos de esa hermosa bruja de cabellos castaños y ojos color ámbar desde temprana edad. Desde nuestro primer año me encontré fascinado por ella. Pero fue en nuestro cuarto año que afirme esos sentimientos, todo ello por los celos que me causaba el constante acercamiento de Krum a ella.

El tiempo paso y yo solo podía adorarla en secreto. El ingresar a las filas de voldemor me dio la posibilidad de tratar de protegerla, y cuando la guerra acabo pensé que terminaría mis dias en azckaban, pero no fue asi ella, Potter y otros declararon la ayuda que les di durante su estancia el la mansión Malfoy frente al jurado. Esos testimonios me salvaron de la condena, pero el ministerio de magia me obligaba a terminar mis estudios en cuanto se reiniciarán las clases en Hogwarts. Ahí fue donde tuve la oportunidad de mi vida. Ella y yo fuimos nombrados premios anuales, obligándonos a compartir torre. Al inicio solo establecimos una tregua, pero conforme pasaba el tiempo compartíamos mas cosas, espacio y hasta actividades. Nos convertimos en amigos. Al llegar la celebración del dia de brujas se realizó una fiesta, Blaise y Theo mis dos mejores amigos me aconsejaron el acercarme a ella y dejar de ser un cobarde. Ese dia le exprese mis sentimientos, espere un rechazo, burla e incluso sentir un golpe, pero lo que ella hizo me dejo sin palabras. Correspondió mis sentimientos con un beso, ¡ella me beso!. Desde ese dia empezamos a salir, pero no hicimos pública nuestra relación solo mis mejores amigos lo sabían y su amiga Luna, claro ademas de sus padres, ella por el miedo al rechazo de mi familia y yo por el miedo a que ella fuera señalada y rechazada por estar con un ex-mortifago. Asi transcurrió nuestra relación siempre a escondidas, solo expresándolo dentro de las paredes de nuestra torre y habitaciones. Hasta que una tarde solo un día antes de nuestra graduación al llegar a la torre la encontré hablando con el ministro Kyngsley y Potter.