Otra oportunidad (Larriet/Larry Stylinson)

Capítulo 3

Harriet

Desperté con mucho sueño, pero sabía que tenía que ser responsable y apurarme en arreglarme y desayunar para no llegar tarde a la escuela, tome mi móvil y vi un mensaje de Louise, sonreí por el contenido del mensaje, le respondí en cuanto termine de leerlo.

Hasta apenas vi tu mensaje amor, espero hayas dormido bien y hayas soñado conmigo como yo lo hice contigo, no llegues tarde. Te amo.
Tu Harriet.

Me levanté de la cama y me fui al baño a dar una ducha, me vestí y arregle como pude mi cabello, era tan rizado que me hacia un poco cansado el trabajo para hacerlo lucir bien. Baje a desayunar y salude con abrazos y buenos días a mi mamá y a mi hermano Harry.

-hoy te llevare a la escuela Harriet- dijo Harry terminando de beber su jugo de naranja

-de acuerdo- le conteste con una sonrisa, el me la devolvió dejándome ver unos hoyuelos en cada lado de su rostro, a mi se me marcaban igual que a el y eso a mi novia le encantaba bastante, algunas veces los picoteaba diciendo que quería asegurarse de que nunca se borraran.

Terminamos de desayunar y me despedí de mi mamá que tenía una actitud algo sospechosa, decidí pasarla por alto, salimos de la casa y subí en el asiento de copiloto del auto de Harry.

-¿y a que se debe tanta amabilidad por parte de mi hermano malhumorado?

-cállate Harriet, simplemente quería traerte, ¿acaso es malo? Te puedo dejar en casa de nuevo y puedes irte...

-no Harold, llévame ¿por favor?- hice una de mis sonrisas falsas, Harry río

-de cuerdo

Llegue a la escuela 15 minutos antes de que todos entrarán y dieran inicio las clases, me despedí de mi hermano con un coscorrón y salí del auto no sin antes escuchar el grito de Harry que me decía que le saludará a Louise de su parte. Espere a mi novia en su casillero, teníamos esa costumbre de ir a nuestro casillero y luego esperar a la otra en su casillero. Me senté en el piso recargada en su casillero y podía ver a varios chicos y chicas caminando tranquilamente esperando ser torturados con sus respectivas clases, vi a un chico acercarse a mi, se paró a mi lado y me sonrió, yo le devolví el gesto algo a la defensiva, siempre era lo mismo, todos los días un chico diferente se me acercaba para pedirme una cita y yo siempre les contestaba que no estaba interesada en nadie más que en mi novia, ellos se sorprendían pero para mi suerte dejaban de molestarme.

-hola linda, ¿puedo sentarme?- me dijo, algo en él no me agradaba

-lo siento, pero no, no puedes

-¿por? ¿Esperas a alguien?- el idiota no me hizo caso y se sentó, yo me sentí incómoda y me aleje instintivamente de él

-si, a mi novia

-querrás decir novio ¿no?- aparte de estúpido, era sordo

-no, escuchaste bien, dije NO-VIA- dije enojada, al parecer era nuevo y no sabía nada de mi y Louise, me puse de pie para esperar a Louise cerca de ahí y alejarme de ese tipo molesto, el me imito y eso me hizo enfadar más.

-¡oh, ya veo! No importa, ¿puedo invitarte a salir? Puede ser cuando tu quieras

-no, no puedes- dijo una voz que reconocí al instante, parecía enojada, me gire y vi a Louise parada y recargada sobre un casillero a unos cuantos centímetros del suyo, en donde nos encontrábamos yo y el tipo extraño, estaba cruzada de brazos, trague saliva, ese gesto me decía que nada bueno vendría después.

-¡oh! Espera...¿tu quien eres? Si eres su amiga puedo invitarte y a varios amigos míos y hacer una fiesta increíble.- dijo el tipo animado que no sabia su nombre y Louise tan sólo camino hacia nosotros, tenía una expresión de molestia en el rostro que se podía notar a miles de kilómetros.