El siguiente viernes por la noche Isabel esperaba a Nina, mientras esta terminaba de arreglarse, sentada en un sofá del salón común, se sentía muy frustrada pues no había podido hablar desde el martes pasado con Jack. Ya no la llamaba por las noches como era su costumbre y los mensajes se los respondía dos o tres horas después. No era que Isabel fuera una novia demandante, pero sentía que Jack le estaba ocultado algo. ¿Tenía problemas en la escuela? ¿Se sentía deprimido?
—¿Qué rayos le pasaba? —murmuró Isabel por lo bajo, a la vez que se sintió un poco culpable por tener todos esos pensamientos. Era el final de la carrera, era obvio que tenía mucho trabajo.
—¡Ta tan! ¿Cómo veo? —Nina se paró delante de Isabel dando una vueltita para mostrarle un espectacular vestido negro sin espalda asimétrica a la que atravesaban dos tiras en forma de cintos.
—¡Estás increíble! Seguro te conseguimos un chico guapo está noche.
—Gracias. ¿Pero por qué tu llevas jeans? —Nina observo a Isabel quien vestía jeans y una blusa blanca de manga larga—. Te ves bien, pero es viernes, ponte algo más sexy.
Isabel se paró y dio media vuelta para mostrarle que su blusa tampoco tenía espalda dándole un aspecto un poco sexy al modesto atuendo.
—Ves, es sexy. Además, la que va a conquistar eres tú. Yo solo voy a echarte porras.
—Mmm. Ok, pasas la prueba, pero por poco. Vámonos, estoy lista para olvidar esta horrible semana.
Tomaron sus abrigos y comenzaron a caminar hasta la estación de subterráneo a unas cuadras de la residencia para estudiantes.
—Sí, que ha sido una horrible semana. Siento que no he dormido más de 10 horas esta semana —Isabel continuó la conversación.
—Lo sé. Cuando pienso que tengo todo bajo control me acuerdo de otras cosas que ni siquiera he empezado.
Tomaron el subterráneo hasta la estación Hyde Park Corner y desde ahí caminaron a Old Park Lane, hasta el Metropilitan Hotel.
—¿Qué te parece mi elección de restaurante? —pregunto Isabel.
—¿Nobu? ¿Nobu? —Nina abrazaba y besaba a Isabel en la mejilla— Eres la mejor amiga del mundo. Ojalá me hubieras dicho que íbamos a comer comida japonesa, me habría puesto mis pantalones que elástico.
—Por eso mismo no te dije. Me habrías dejado en la quiebra. Con ese vestido no vas a poder comer mucho.
Aunque Isabel había crecido en un suburbio de clase alta de Londres, siempre había sido sobreprotegida por su padre desde la temprana muerte de su madre cuando Isabel tenía tres años. Cuando había llegado a vivir a la residencia estudiantil Manna Ash House algunos compañeros se habían aprovechado de su ingenuidad. Ahí fue cuando Nina, dos años mayor que Isabel, de una familia de clase media, la mayor de tres hermanas y mucho más mundana; había puesto a Isabel bajo su ala.
La anfitriona del restaurante sentó a Isabel y Nina en la barra de sushi, dando la espalda a todo el salón presentando una imagen seductora y encantadora, atrayendo la atención de varios comensales.
Nina que había salido con todo el propósito de conseguir una cita, se olvidó de todo y en su mente solo quedo el delicioso sushi frente a sus ojos.
—Si pudiera me comería todo el menú. —suspiró Nina con anhelo.
Isabel y Nina ordenaron dos tipos de sushi para compartir y una botella de sake.
—Nina, quiero brindar contigo —dijo Isabel, sirviendo el sake en dos vasos—. Quiero agradecerte que seas mi amiga, toda la paciencia que me tienes y el que me toleres, aunque soy algo malcriada ¡Kampai!
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Niebla
RomanceIsabel tiene toda su vida planeada. 1.- Terminar su carrera. 2.- Casarse con Jack, el amor de su vida. 3.- Ser feliz para toda la vida. Jack tiene toda su vida planeada. 1.- Terminar su carrera. 3.- Casarse con Samanta, el amor de su vida. 3.- Ser...