Capítulo 1

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PoV Natsu

Cuando mi alarma sonó por la mañana, estuve muy tentado a posponerla y seguir durmiendo. Sin embargo tal acción hubiera sido inútil, ya que aunque no sonara, mi madre seria quien me despertara unos momentos después con sus regaños. Así pues, me resigne a levantarme, asearme y vestirme para ir al primer día del instituto.

Tratando de animarme, pensé que ese año no sería tan malo después de todo. Entraba a la clase de pre-u y ya podría elegir si entrar a humanístico o científico. Siempre sentí una gran pasión por las computadoras, y claramente esa sería mi elección.

Termine de arreglarme, y me quede viendo durante algunos segundos el espejo. Note que crecí varios centímetros desde el último verano, solo esperaba que fueran suficientes como para alcanzar a Gray y que dejara de burlarse de mí.

Dando un pequeño suspiro me colgué al hombro mi mochila y me dispuse a bajar al comedor. Mi madre se encontraba preparando el desayuno en la cocina, y al parecer se dio cuenta de mi presencia, ya que dejo lo que estaba haciendo para saludarme. Después me llevo unos panqueques con mantequilla y miel para que desayunara. Yo le sonreí agradecido, por lo menos algo bueno en el peor día del año. Me apresure a comer ya que no me quedaba mucho tiempo.

— ¿Quieres que te vaya a dejar el primer día, Natsu? — Me pregunto mi madre.

—No muchas gracias mamá, Gray se ofreció a llevarme. — Le respondí, sabiendo que ella en realidad no tenía el tiempo suficiente para ir a dejarme al colegio. Como si lo hubiera invocado diciendo su nombre, oímos como un claxon sonaba en el exterior de la casa.

Me apresure a dejar los platos en el lavatrastos, tomarme mi jugo, despedirme de mi mamá y salir de la casa. Me encontré con mi buen amigo  Gray Fullbuster enfrente de un Honda City parqueado a la orilla de mi casa. No pude evitar regocijarme al ver que, no solo había logrado igualarlo en altura, sino que además lo pasaba por unos cuantos centímetros. El pareció notarlo también ya que no me saludo de la manera en que siempre lo hacía, algo así como "Que tal enano" o "¿Ya lograste destruir el anillo?" En su lugar solo me dirigió un "Hola" y me indico que subiera al vehículo.

La conversación fluyó normal y amigable, aunque Gray era muy propenso a hacer bromas algo pesadas, aún así su compañía era muy divertida, y sus anécdotas bastante graciosas, por lo que era un gran amigo. El instituto no quedaba muy lejos y por eso no nos llevó ni veinte minutos el llegar.

PoV Lucy

"Bonita manera de despertar en la mañana" Pensé con ironía mientras me empezaba a alistar para ir al instituto. Podía oír con toda claridad todo el alboroto que hacían mis padres al pelear en su cuarto, y ese había sido el ruido que me había despertado. Para este entonces ya debería estar acostumbrada a sus constantes peleas, sin embargo seguían siendo difíciles de digerir para mí. Tratando de ignorar las groserías, maldiciones, y amenazas que se lanzaban el uno al otro, termine de arreglarme y agarrando mis cosas me fui directo a la cocina, de donde al parecer venía todo el griterío. Cuando mis padres oyeron mis pisadas por las escaleras, se callaron de repente, como si quisieran ocultar el hecho de que estaban peleando, a pesar de que había que ser sordo o idiota para no darse cuenta.

Llegó a la cocina y me sirvo algunos cereales para desayunar, mientras evito la mirada de mis padres. Mi madre se da cuenta y trata de hacer conversación, más yo la evito. Sé que cualquier conversación que empecemos va a llevar irremediablemente al hecho de que yo les reclame por pelear todo el rato, y ellos lo nieguen, como si yo fuera una niña chiquita y no me enterara de nada. Estaba a punto de terminar mi comida cuando mi hermana mayor bajo de su habitación, completamente cambiada y lista para irse.

— ¿Vas a alguna parte? —Le pregunté con curiosidad al verla tan arreglada.

—Pues claro, hoy es el primer día de clases de mi hermanita y quiero acompañarla — Me contestó con una sonrisa.

—No es necesario que me acompañes, gracias —Le conteste con sequedad, no me gustaba ser tan brusca con mi hermana, pero ese día no era precisamente uno de mis días favoritos.

—Oh, vamos ¿De verdad me vas a dejar aquí plantada? Si ya hasta me arregle y todo. —Me dijo mi hermana mientras hacía un puchero falso y me abrazaba por detrás. Yo sonreí por sus payasadas, y no pude negarme a la oferta que mi hermana me estaba dando.

—Está bien, está bien, ven conmigo "Hilda" —Le respondí mientras remarcaba mucho el nombre que dije.

Ella frunció el ceño.

—Sabes muy bien que no me gusta ese nombre —Me dijo algo molesta.

—Pues debería gustarte, es el nombre que escogimos para ti — Le recrimino mi madre.

—No es eso mamá, simplemente me gusta más que me llamen Liza y ya está —

—Ese no es ni siquiera tu verdadero segundo nombre — Le respondió mamá.

—Como tú digas mamá, mejor seguimos esta conversación después que si no Lucy va a llegar tarde a la escuela —

Mi madre suspiro en un gesto de resignación y con un casto beso en la mejilla, nos despidió a ambas.

Salimos a la calle y empezamos a caminar hacia el instituto. Mi hermana trató de hacer conversación, aunque sin mucho éxito al principio. Yo no estaba del humor necesario como para hablar siquiera con ella, y creía sinceramente que la vida me odiaba con todo su corazón.

Íbamos a medio camino del instituto, cuando vimos un carro muy familiar que se detuvo enfrente de nosotros. En él iba un joven de pelo naranja.

— ¿Pero qué hacen tan hermosas jóvenes caminando solas esta mañana? — Preguntó con tono de broma mientras abría la ventana.

— ¡Locke! —Exclamamos las dos con sorpresa al ver a nuestro hermano.

—El mismo que viste y calza — Nos contestó. — ¿Qué esperan para entrar?

— ¿No vas a llegar tarde al trabajo por nosotras? — Le preguntó Liza con preocupación

—Igual ya voy tarde, unos minutos más, unos minutos menos no hacen mucha diferencia —

Nosotras nos reímos por su comentario, por el momento ellos dos eran los únicos que me podían sacar alguna sonrisa.

—Te van a terminar despidiendo — Le respondió Liza con algo de preocupación.

—Vale la pena si puedo alardear al llevar a tan encantadoras muchachas en el coche — Nos respondió de manera casi paternal.

Las dos terminamos subiendo al carro y mi hermano se encargó de llevarnos a mi instituto. Cuando llegamos, no pude evitar suspirar al bajarme del carro, me despedí de mis hermanos y me dispuse a irme cuando mi hermano me detuvo, indicándome que me acercara a su ventanilla.

—Sabemos cómo te sientes Lucy, no creas que has sido la única con el problema de las peleas entre nuestros padres, pero quiero siempre recordarte que a veces la vida da altibajos, y es necesario hacerles frente. Tanto Liza como yo estaremos para cuando nos necesites. Y quiero que me prometas una cosa. Sonríe ¿Está bien? Esa linda carita se ve mejor cuando hay una sonrisa en ella. — Me dijo mi hermano mientras me veía fijamente.

Yo asentí, sin saber a ciencia cierta si iba a ser capaz de cumplir lo que me pedía, tenía que mantener una imagen en el instituto, y mostrar alguna emoción no me serviría de mucho. Sin embargo no iba a desilusionar a mi hermano por lo que le prometí que lo haría y me fui hacia dentro del instituto.

Sobreviviendo a la SecundariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora