No me lo puedo creer...

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Escojimos los colchones en los que hibamos a dormir... Yo escojí uno que había hacia la derecha, casi en la entrada y por mi suerte, Lucas, cojió un colchon y se puso a mi lado... ¡No me lo puedo creer! Ahí fue, cuando empezé a sentir algo hacia él. Yo no sabia como actuar, cuando me hablaba me ponia roja como un tomate, me ponia nerviosa.
Era por la noche cerca de las 10 p.m. Y teniamos mucha hambre así que decidimos abrir una lata de comida, una para cada uno... Y de repente ¡zas! Me da un bajón, hechaba de menos a mi familia, ¿que estaran hacieno ahora? Y me puse a llorar, y Lucas me dió un abrazo, ahí fue cuando en realidad sabia que me gustaba, porque ese abrazo me tranquilizó.

Simplemente él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora