Memories

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Hace 10 años

P.O.V de Spencer

Suspire. Este caso fue bastante difícil, se trataba de una familia conformada por ambos padres y sus dos hijos, que fueron cruelmente asesinados. Recién acabamos de atrapar al asesino, llamado David Harrison.

Morgan junto a J.J, llevaron al susodicho con los otros policías, yo en cambio, sentí la necesidad de volver a revisar la casa en donde vivía el asesino.

Entré, respire hondo y comencé a caminar.

Podía sentir como mi cuerpo se tensaba con cada paso que daba, miraba cada habitación de reojo, pero un sonido capto mi atención.

Venía de uno de los cuartos de arriba, así que subí. Llegué al segundo piso cuando oí las patrullas irse, dejándome aquí.

No le dí importancia, intente volver a oír aquel sonido hasta que al fin lo pude escuchar. Era un llanto, un llanto de un bebé.

Miraba a todos lados buscando el lugar de origen. Finalmente, lo encontré. Era un cuarto con la puerta de color celeste.

Me acerque a la puerta, apoyando mi oreja en ella. Ahí fue cuando confirme que efectivamente, era el llanto de un bebé.

Abrí la puerta con cuidado, entré sin hacer ruido. Ubique al bebé, estaba en su cuna, envuelto en una manta azul marino.

Me acerque de igual forma en como había entrado. Puse ambas manos por debajo de él, cuando me aseguré que lo tenía bien sujeto, lo alzé.

El bebé aún seguía llorando, así que lo apegué a mi pecho y empecé arrullarlo.

Será solo una coincidencia o fue el destino, pero Dios quiso que este bebé sobrevivierá y que yo lo encontracé.

En el presente (Narradora):

Spencer sopló las velas, era su cumpleaños número 27. Sus compañeros le habían organizado una fiesta sorpresa, pero este era diferente.

Hoy vendría su hermano mayor a su casa, luego de tantos años desde la última vez que lo vio. Al fin, tendría a alguien a quien contarle su secreto.

Luego de la fiesta y como no había ningún caso. Se fue a su otro departamento, uno secreto, donde cuidaba a la persona a la que más quiere en el mundo.

-Hijo, ya llegué-anunció el genio, luego de abrir la puerta

-Papá!-gritó el menor, corriendo hacía su padre para luego abrazarlo

-¿Hiciste la tarea?-le preguntó mientras cerraba la puerta

-Si pa-contestó divertido el niño

-*risita* me alegro-dijo, quitándose su bolso

-Además, te hice un regalo-dijo con una sonrisa el menor, dándole un pequeña caja

Spencer agarró la caja, sonriendo, quitó la tapa. Su sonrisa aumentó, al ver que había adentro.

-¿Te gusta?-preguntó el niño, viendo que su padre no decía nada

-Me encanta, gracias Lio-dijo el mayor, sacando un brazalete de la caja

Se lo puso y abrazó a su hijo. Quien con gusto, correspondió. Como podrán suponer, Lio es el bebé que Spencer encontró, su mayor secreto más preciado.

Nueva historia. Espero les haya gustado. Bye

El Secreto De Spencer ReidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora