Capítulo I:

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Los gemidos en la habitación iba en aumento, la respiración pesada de un pobre muchacho se escuchaban por todo él departamento.

Dos segundos después todo comenzó a quedar en silenció. La joven bajo de las caderas del muchacho, se levanto de la cama y fue en busca de su bata.

Él chico se sentó en la orilla de la cama y cuando tuvo oportunidad la volvió a sujetar -¿A dónde crees que vas?- la sentó en sus piernas, haciéndola quedar de espaldas -Esto a penas comienza- comenzó a dar pequeños besos en su cuello, acariciando su perfecto vientre.

-Te equivocas, Austin- le dio más oportunidad de que continuara besándola -Esto ya dio fin- acaricio su mentón del muchacho con la yema de sus dedos.

-Se que tu quieres más- la mordió severamente.

La joven dejo escapar un gemido, y comenzó a sentir como él miembro del chico comenzaba a erectarse nuevamente -No juegues con fuego- le susurro al oído, echando su cabeza hacia atrás -Porque te puedes quemar- mordió él lóbulo de su oreja.

-Yo nunca me quemo, Camila- su voz era ronca, llevo las manos a los pequeños senos de la morena y los apretó ligeramente -Jamás- reitero.

La joven se dio la vuelta y lo miro fijamente a los ojos -¿Como éstas tan seguro?-

Él chico quedo completamente hipnotizado ante los ojos de aquella mujer, era imposible no babear por ella, con tan solo una mirada y derrumbaba absolutamente todo.

Sonrió con malicia al notar como tenia en sus manos a él joven -¿Y entonces?- pregunto con voz de niña buena, empujando al chico en el colchon de aquella cama.

Trago en seco, no podía admitirlo, pero al parecer Camila Cabello sería la primer chica que lo volvería loco, definitivamente no solo follaría con ella esta noche, tendrían muchas más "Shawn me tendrá envidia" -Porque lo puedo notar en tu mirada-

Camila río ante él comentario del chico -Se lo que piensas Austin...- le dio un pequeño beso -Se que ahora mismo quieres volver a follar, y después te iras corriendo a decirle al joven que estaba a tu lado en él club, lo bien que la haz pasado y que tu polla se a sentido de lo mejor- beso su cuello -Pero eso no quiere decir que me tienes asegurada- bajo con besos al abdomen de él -Nadie puede asegurar nada, Austin- le dio un languetazo al miembro del chico.

-Camila...- gimió inconscientemente -¿Por qué eres tan testaruda?, tu me deseas y yo a ti...-

-Esta bien Austin, te daré lo que me pides...- masajeo su miembro lentamente -Con una condición-

-Dimela- rogó.

-¿Aceptarias todo por una follada más...- se acercó a sus labios -Conmigo?- termino la frase con su voz de niña buena.

-¡Claro!- estaba perdiendo él control, aquella chica lo estaba manipulando a la perfección.

-¿Me darías tu alma?- pregunto a su oído.

Él chico creyó que era una broma, así que simplemente asintió con su cabeza -Lo que quieras, mi alma, mi corazón, mi cuerpo-

Camila sonrió de manera tétrica -No debiste haber dicho eso- murmuró y se acerco a sus labios.

-Eres mi perdición, Camila- cerro sus ojos.

La chica solo lo beso de una manera apasionada, haciendo que la excitación del chico aumentara. Pero Austin sintió algo que nunca antes había sentido ante un beso, los labios de la morena parecían fuego, se sentía en él mismo infierno al saborear, pero simplemente no podía dejar de besarla, sus ganas de hacerlo incrementaban, pero sintió una pequeña molestia en su cuerpo.

Camila se separo de él, noto su semblante pálido, sonrió una vez más y se levanto. Él chico no hizo nada por detenerla.

Tal vez Camila tenía razón, tal vez algunas veces las personas no miden las consecuencias de sus palabras, tal vez si Austin la hubiera dejado marchar en su momento él sería algo más que una alma en pena.

Pero solo se quedaría en un tal vez...
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Continuará

La Elección: Vive o Muere, CAMREN [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora