Capítulo II:

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»En otro lado 

-"¡Auxilió!"- aquellos gritos desgarradores hacían que su corazón comenzará a latir con desesperación.

-Grita, grita todo lo que quieras...- sonrió torcidamente -Al cabo que nadie vendrá en tu ayuda- paso la punta filosa del cuchillo por él largo del cuello del muchacho deteniéndola firmemente y con algo de presión en la yugular.

Agrh!"- gruñó con dolor.

-Tú dolor, es la cura para mí corazón- canturreo en su oído -¡Venga!- expreso apretando un poco más -¡Gritad, desgarrar tu garganta!- comenzó a reírse con demencia -¡HAZLO POR Mí!- dicho esto, comenzaron a salir gotas rojas del cuello.

Pero de pronto un destello paso en su frente, parpadeo rápidamente y sus ojos verdes se tornaron oscuros, saboreo sus labios y suspiro frustrada. 

Tenía otro trabajo más importante que hacer.

»En la habitación del hotel

Camila terminaba de humectar sus labios con el labial cuando una ráfaga de viento erizo su piel morena, cerro sus ojos y sonrió tranquilamente.

-Por lo visto a ti ni uno se te escapa- volteo con tranquilidad.

-Y tú no has dejado de ser tan inoportuna- puso la punta de su dedo pálido en la frente de Austin que respiraba con dificultad, para que en breves segundos el quedara sin vida.

-Lamentablemente llegaste tarde, lo estábamos pasando tan bien- hizo un puchero -Pero eres tan anticuada- se alzo de hombros -En fin- se levanto del sofá.

Miro con frialdad a la castaña, tomando con lujo de detalle las curvas de la misma, contuvo la respiración al sentirla cerca, Camila paso sus brazos al rededor de su cuello y deposito un beso en la barbilla de la joven, provocando que esta cerrara sus ojos, volvió a dar otro beso pero este en la comisura de sus labios.

-¿Acaso no es un peligro que vengas en tu forma humana?- susurro delicadamente en el oído de la pelinegra -Podrían verte y sospechar- suspiro.

-¿Te importa?- arqueo su ceja.

-En realidad, adoro ver tu forma natural- beso su cuello -Pero me es imposible besarte-

-No juegues, Karla- cerro sus ojos.

-Shh, hace mucho no volvemos a coincidir- mordió ligeramente la piel -Déjame disfrutar ahora, quiero que vuelvas a hacerme tuya- se acerco a sus labios peligrosamente -Te amo, Lauren-

-Mentira- murmuro tomándola de los hombros para alejarla de ella -No pienso caer en tus redes nuevamente-

-Sino crees en mi amor, entonces no pienso rogarte- se alejo de la chica -Pero realmente me gustaría dejar los rencores y errores de antes, para volver a follar- le guiño el ojo.

-¿Acaso Matt no te complace?- se cruzo de brazos.

-Me gustaría responder a eso- se quedo pensando unos segundos -Bueno, realmente no me gustaría... me encantaría- sonrió coquetamente -Pero, usted no es quien para enterarse- 

Lauren suspiro con frustración y le dio la espalda -Déjate de juegos y deja de complicarme el trabajo- abrió la ventana, recibiendo la brisa fresca de la madrugada.

-No es mi culpa que ellos cambien su alma por una noche conmigo...- 

-Maldita tentación- murmuro.

-Esa soy yo- presumió alegre.

-Dile a Hussey que deje de estarse adelantando a los hechos, Mahone ni siquiera estaba destinado a ir a ese lugar del que provienen, ni siquiera era su maldito momento...- apretó el barandal -Dejen de cometer estupideces- se escucharon un par de golpes en la puerta.

-¡Hey, ustedes, los que están adentro, se les termino el turno, salgan en seguida!- grito el dueño del lugar desde afuera.

-No soy mensajera de el- se cruzo de brazos indignada.

-Pues entonces deja de llevarle almas que ni alcanzo-

-¡Son unos malditos cerdos!- se defendió -El acepto con voz propia, ¿y la culpa es mía?, ¡eso es injusto!- bufo molesta.

-¡No deberían ni siquiera robarse el alma!- se dio la vuelta para darle la cara -Yo soy la que se encarga de llevárselas, si es para ustedes se ira con ustedes, no tienen derecho a dictar las sentencias antes y lo saben- sus ojos negros comenzaban a ser mas penetrantes de lo que ya eran.

-¡No los obligo!- se quejo.

-¡Pues no deberías ni siquiera coger con ellos!- la castaña rodó los ojos y decidió dejar de pelear, sabia que cuando Jauregui se ponía de esa manera no había poder sobrehumano o inmortal que la tranquilizara, pero la pelinegra no quería acabar tan rápido con aquella discusión -Pero por lo visto la señorita Camila, tiene muchas ganas de andar comiendo polla- escupió con odio.

-¿Que?- cuestiono indignada.

-¡Llamaré a la policía si no salen en este instante!-

-Sabes... antes de que te desgraciaras la vida pensaba que eras única, que no eras una zorra de primera, que realmente valías la pena, sin embargo ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba y de lo que me alegro que tu y yo no hayamos tenido que continuar con nuestra supuesta relación, ya me imagino cuantas pollas te habrás metido cuando estábamos juntas, pero me equivoque eres una completa pu...- 

¡ZAS! 

La mano de Camila fue a estamparse con rabia y frustración en la mejilla pálida de Lauren, la respiración de la castaña era completamente pesada -En tú vida...- murmuro -¡Ja! olvidé que no tienes vida- dijo con ironía -En lo que tengas, vuelvas si quiera a faltarme al respeto de esa manera, porque la próxima vez, no solo será una cachetada Michelle- amenazó furiosa.

-¿Y acaso serán dos?- se burlo, empujándola al sofá -Deja de ofensas tontas, si bien sabemos cuanto te gusta estarte ofreciendo con tus escotes...- rompió la blusa de la chica.

-S-suéltame- por primera vez le dio pánico estar a solas con ella.

-O cuanto te gusta que te estén viendo el trasero...- comenzó morder con fuerza el cuello de la morena,

-No quiero, no quiero- pataleaba para quitarsela de encima.

-Sino quisieras, tu tanga no estaría tan húmeda- paso la punta de sus dedos sobre la intimidad de la chica.

-Entiende que no- lloriqueo.

-Pero si hace poco tu estabas ofreciéndote como la puta que eres- langüeteo el escote de sus pechos -¿Acaso no eras tú la que quería?- 

La puerta de la habitación se abrió abruptamente por los oficiales de policía que habían llegado, pero la habitación ya estaba solitaria, solamente la ventana estaba abierta y el cuerpo de Austin se encontraba acostado y cubierto por una sábana blanca.

-¿Cuál es tu maldito problema?- susurró Camila.

Lauren ni siquiera la miro, se quitó su sudadera blanca y la tiró a los pies -Sólo no vuelvan a adelantarse o tendremos serios problemas- comenzó a caminar.

Camila la miro sin entender, suspiró y tomo la sudadera -Eres mi perdición, Jauregui-

Continuará...

N.A

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Queda cordialmente con ustedes.

SkaylerSánchez

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